Fragmento de la intervención de Hassan Nasrallah, secretario general del Hezbollah, ‎pronunciada el 6 de marzo de 2022

Lo que hoy sucede en la lucha entre Rusia y Ucrania preocupa (grandemente) al mundo entero. ‎

Ya está claro que el impacto y la repercusión de esos hechos son considerables y peligrosos para ‎el mundo, sobre todo para Rusia y Europa. No sabemos en qué sentido puede evolucionar la ‎situación ni hasta dónde puede llegar. Algunos temen que todo eso vaya más allá de un conflicto ‎ruso-europeo y se convierta en una guerra mundial. ¡Quiera Dios que eso no suceda!‎

Como quiera que sea, lo que está sucediendo es muy peligroso y cualquier cosa es posible. ‎

Independientemente de la posición que uno pueda asumir ante la lucha que allí se desarrolla... unos apoyan a Rusia y otros condenan su intervención, otros se mantienen neutrales, pero ‎no abordaré aquí esa cuestión en este momento. ‎

Lo que quiero es hacer un llamado. Son muchos los que ya lo han hecho pero yo quiero agregar ‎mi voz. ‎

Llamo (a todo el mundo) a seguir (de cerca) este importante acontecimiento internacional, tanto ‎por su posible desarrollo como en sus implicaciones y consecuencias, y a aprender las lecciones de ‎lo que sucede cada día y en cada momento porque lo que está sucediendo está lleno de lecciones ‎y enseñanzas en las que nosotros debemos basarnos como habitantes de esta región (el Levante) y ‎de este país (Líbano), en nuestras luchas y en lo que aquí sucede, tanto para nuestro presente ‎como para nuestro futuro. ‎

Voy a citar sólo algunos ejemplos (de esas enseñanzas). ‎

Primeramente, uno de los ejemplos que ya mencionan muchos –gracias a Dios hay muchas ‎personas lúcidas– es el doble rasero. ¡El doble rasero!‎

Rusia intervino en Ucrania con una gran operación militar, una guerra. Y vemos que el mundo ‎entero reacciona con gran indignación. Claro, hay temor a que los países europeos se vean ‎involucrados en una guerra con Rusia, a que Estados Unidos entre en guerra con Rusia. Pero, ‎menos luchar directamente (contra Rusia), han hecho todo lo posible para castigarla mediante ‎bloqueo, sanciones, en los medios, la economía, los bancos, cierre del espacio aéreo, de ‎estrechos, mares y puertos, envío de armamento a Ucrania, abren las puertas a voluntarios del ‎mundo entero para que vayan (a combatir) allá, en apoyo a Ucrania, y glorifican la supuesta ‎‎«resistencia ucraniana»… Ustedes están viendo cómo se comporta el mundo. ‎

Pero cuando Estados Unidos invadió Afganistán, ¿cómo reccionó el mundo ante ‎los estadounidenses? Ustedes conocen la respuesta. ‎

Cuando Estados Unidos invadió Irak, y realmente lo destruyeron (por completo), matando ‎cientos de miles de personas, como cuando arrasaron Afganistán y mataron al menos decenas de ‎miles de afganos, ¿cómo se comportó el mundo frente a Estados Unidos?‎

Y en todas las guerras desatadas por Estados Unidos, que son la mayoría de las guerras que ‎hemos visto en el mundo, ¿cómo reaccionó el mundo?‎

‎¿Y cómo se comporta ahora, frente a Rusia? ¿Cómo se comporta ante el enemigo israelí, esa ‎entidad temporal? ¿Cómo se comporta ante las guerras pasadas y presentes contra ‎los palestinos, ante sus guerras y su bloqueo contra Gaza durante la reciente batalla de “La ‎Espada de al-Quds” (en mayo de 2021)?‎

‎¿Cómo reacciona el mundo ante las guerras israelíes contra Líbano, contra las masacres que ‎‎(Israel) ha perpetrado, ante la guerra de 33 días (contra Líbano) en julio de 2006? ¿Cómo se comportó ‎el mundo entonces y cómo lo hace actualmente (ante la intervención rusa) en Ucrania? ‎

‎¿Qué pasa con la guerra contra Yemen, que ya dura 7 años y ya entra en su octavo año? ‎

Años de bombardeos, de masacres, de destrucción, de niños asesinados por centenares, de ‎epidemias, de bloqueos, de hambre, etc. ¿Qué hace el mundo ante eso? Es evidente (doble ‎rasero).‎

Por lo tanto, tenemos que basarnos en esa realidad para entender las cosas. Vivimos en un ‎mundo que respeta sólo a los poderosos. ‎

Estados Unidos, por ser poderoso, arrogante, hegemónico, tiene sometidos a muchos países y ‎puede cometer cualquier injusticia sin que el mundo proteste. ‎

Uno de los últimos actos de opresión cometido por Estados Unidos fue la confiscación de ‎‎7 000 millones de dólares del banco central afgano depositados en Estados Unidos. De un ‎plumazo, Biden se adjudicó la mitad de ese dinero para entregarla a víctimas de los ataques del ‎‎11 de septiembre (de 2001) –el pueblo afgano no tiene nada que ver con eso y es una decisión ‎totalmente injustificada– y decidirá qué hacer con los 3 500 millones restantes. De un plumazo, ‎Biden robó 3 500 millones de dólares al pueblo afgano que hoy mismo está sufriendo hambre, ‎frío y necesidades. ‎

‎¿Alguien abrió la boca en todo el mundo (para condenar eso)? ¡Es simplemente un robo ‎flagrante! ¡Nadie se ha atrevido a condenar eso!‎

Si otro Estado hubiese hecho eso… o mucho menos que eso, el mundo entero habría expresado ‎indignación y lo habría condenado. El mundo se habría levantado contra ese país y no se habría ‎sentado en largo rato. ‎

Entre las enseñanzas que debemos observar está la de ver el destino que aguarda a quienes ‎deponen las armas, entregándolas a otros [Nota. En 1994 Ucrania entregó el arsenal nuclear ‎heredado de la URSS.] y contando con garantías de seguridad emitidas por tal o más cual ‎potencia. Después, cuando viene la guerra, sólo queda solicitar ayuda pidiendo armas y apoyo. ‎

Pero una de las lecciones más importantes de los acontecimientos actuales es la responsabilidad ‎de Estados Unidos en todo lo que está sucediendo, confirmada en un discurso en televisión por ‎Su Excelencia el Imam Khamenei poco antes de mi intervención. ‎

Estados Unidos es el responsable de lo que está sucediendo en Ucrania. ‎

Estados Unidos incitó y empujó las cosas en esa dirección y nunca actuó por una solución política ‎y diplomática de esta crisis, que no es en ningún caso una crisis entre Rusia y Ucrania. Es una crisis ‎entre Rusia y Europa, entre Rusia y Estados Unidos, entre Rusia y la OTAN. ‎

Estados Unidos no hizo nada por impedir que se llegara a esta situación. Al contrario, ‎Estados Unidos hizo TODO para llegar a esto, para que las cosas llegaran a la guerra. ‎

Y, a fin de cuentas, quienes pagarán el precio son Ucrania y el pueblo ucraniano, Rusia y ‎el pueblo ruso, y también se puede decir que Europa, mientras que Estados Unidos está muy ‎tranquilo, allá lejos, mirando la situación, incitando (a la escalada), enviando armas, impidiendo ‎las soluciones (pacíficas del conflicto) y las negociaciones, poniendo condiciones, empeorando ‎las cosas y empujando la situación en ese sentido. ‎

Todo el mundo saldrá perdiendo pero Estados Unidos trata de ser el ganador en esta guerra, ‎aunque el mundo entero está en peligro. ‎

Estados Unidos incitó y empujó (Ucrania) a esta guerra. Pero ahora la abandona, se limita a ‎rezar (por los ucranianos). ‎Biden llamó a rezar por Ucrania. Va a enviar armas, va a imponer algunas sanciones, esperando que ‎Dios haga el resto, y luego ya veremos. ‎

Esto es también una lección para todo el mundo, sobre todo para quienes confían en ‎Estados Unidos, para quienes ponen sus esperanzas en Estados Unidos, para quienes cuentan con ‎Estados Unidos. ‎

Todos debemos saber que la crisis actual, sus dificultades y los peligros que impone al mundo ‎entero son, en primer lugar, la responsabilidad de Estados Unidos, (que designamos como) el ‎Gran Satán. ‎

Eso debe estar claramente presente en nuestras mentes y en nuestra posición. ‎