Dos cumbres, una tras otra, a sólo días de intervalo, las del G7 y la OTAN, ‎demuestran que Occidente está poniendo en el terreno todo su arsenal –militar, político y ‎económico– con tal de mantener el predominio que está perdiendo en un mundo cada vez más ‎multipolar, demostrado esto último por el creciente desarrollo de los BRICS (Brasil, Rusia, la India, ‎China y Sudáfrica), grupo al que ya quieren unirse Irán, Argentina y otros países. ‎

En cuanto a Ucrania, mientras que el G7 entrega a Kiev 30 000 millones de dólares, la OTAN ‎envía cantidades cada vez más importantes de armamento para que sea utilizado contra Rusia. ‎

Pero el papel de la OTAN no se limita a eso. Funcionarios del Pentágono, entrevistados por el ‎‎New York Times, confirman por primera vez y con hechos precisos que el mando y la ‎conducción de las operaciones militares en Ucrania están en manos del Pentágono y de la alianza ‎atlántica [1].‎

La cumbre de la OTAN aprobó el nuevo Concepto Estratégico [2], que define a Rusia como «la ‎amenaza más significativa contra la seguridad de los aliados», además de afirmar que «la ‎competición estratégica está aumentando en el mundo entero». ‎

En ese mismo nuevo Concepto Estratégico, la OTAN se refiere por primera vez explícitamente ‎a China afirmando que «las políticas coercitivas de China desafían nuestros intereses, nuestra ‎seguridad y nuestros valores». ‎

El hecho es que estamos ante una estrategia única de guerra que Occidente está aplicando en ‎todo el espacio geográfico que va desde Europa hasta el este de Asia. En Europa, la OTAN –bajo ‎el mando de Estados Unidos– se amplía de 30 a 32 países, con la inclusión de Suecia y Finlandia, ‎acercándose así todavía más a Rusia. En Asia y en el Pacífico aumenta el despliegue militar de ‎Estados Unidos, respaldado principalmente por Australia y Japón [3]. Precisamente en el Pacífico se está desarrollando en este momento, bajo ‎el mando de Estados Unidos, la maniobra naval más grande del mundo, que apunta ‎contra China. ‎

Por supuesto, todo eso cuesta dinero y siempre somos nosotros quienes pagamos. Según los ‎datos oficiales de la OTAN, los gastos de Italia en el sector militar ya se elevan en 2022 a unos ‎‎29 000 millones de euros, o sea 80 millones de euros cada día. El incremento más pronunciado ‎de esos gastos se registró durante el periodo de los confinamientos: de 21 000 millones ‎en 2019, el gasto militar de Italia se disparó a más de 26 000 millones en 2020 y sobrepasó los ‎‎28 000 millones en 2021. ‎

Y la OTAN ya nos avisa: «Hacer más, costará más.»‎

Traducido al español por Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio ‎

[1Allied Commandos in Ukraine Secretly Funnel Aid to Troops”, Eric ‎Schmitt, Julian E. Barnes y Helene Cooper, The New York Times, 16 de junio de 2022.

[2«OTAN 2022 Concept Stratégique», Réseau Voltaire, 29 de junio de 2022.

[3«La OTAN pretende convertirse en ‎alianza atlántico-pacífica», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 10 de ‎diciembre de 2019.