De nuevo anoche Miami enseñó su cara sucia con motivo de la conferencia que pronunciara en la Universidad Internacional de La Florida el Comandante del Directorio Revolucionario del Escambray Víctor Dreke. Estaba invitado por los alumnos y los profesores de ese centro docente sobre asuntos africanos que querían profundizar sus conocimientos sobre la participación de Cuba en el continente negro. El Comandante Dreke había sido uno de los actores principales de la lucha guerrillera iniciada en esa región del mundo por el Che Guevara en la década de los años 60. Dreke es un pedazo de esa historia y a contarla vino a Miami y no a otra cosa.

Se trataba de una reunión académica a la cual asistirían fundamentalmente alumnos y profesores negros norteamericanos que querían escuchar lo que les iba a decir un cubano negro también, que estuvo allí en África y que es por lo tanto un testigo de primera mano de unos acontecimientos políticos que dieron por resultado- y gracias a la participación militar de Cuba - en la terminación del sistema de "Aparheid" impuesto por los racistas blancos de África del Sur a millones de ciudadanos de la raza negra en ese país del continente africano. No por gusto Mandela dice: "Gracias Fidel". Así es. ¿Qué le vamos a hacer?

Los cubanos blancos y negros, por supuesto que podían participar junto a los negros norteamericanos interesados en ese evento cultural convocado por F.I.U. bajo el amparo de la libertad académica. No se le prohibió la entrada al salón de conferencia a ninguna persona que allí se presentó. Solo había que observar la más elemental regla de educación. Respetar el orden en la sala y permitir que los invitados - entre ellos el Comandante Dreke- expusieran sus puntos de vista sin ser interrumpidos. Las preguntas vendrían después.

Pero no fue así. Los que reclaman libertad, fueron los primeros en no respetarla con una conducta tan incivilizada que la policía, se vio obligada a expulsarlos de la sala. De nuevo la cara sucia de la República Bananera de Miami se vio por la televisión en toda su grotesca intolerancia.

Allí en un salón para 300 personas invitadas, había no más de una docena de airados y escandalosos alborotadores que desde el inicio de la actividad cultural la profirieron a gritos e insultos en contra del invitado con el propósito de sabotear la conferencia.

Vale la pena decir que durante todo el día anterior los mas caracterizados voceros de la intolerancia y la chusmería, desde la Ninoska Pérez a los otros Pérez y los Roura, se la pasaron convocando a sus huestes para que se presentaran en la conferencia con la finalidad de sabotear el evento. La respuesta sin embargo fue bien pobre. No pasaron de 50 los soldaditos ridículos los que se presentaron allí. Y que por cierto, los "Generales de la verborrea", ni la Ninoska ni el Roura, ni el Almirante de la Mar Océano, ni el "Capitán Araña" se les vio al frente de sus aguerridos vociferantes de pacotilla. Solo allí con cuatro gatos, como un Tutamkamen, estaba, de momia presente Andresito Nazario Sargen, para salvar con su presencia el honor de los ridículos "combatientes verticales" de la República Bananera de Miami.

Lo de anoche en la Universidad Internacional de La Florida fue un bochornoso espectáculo. Todos lo vieron por la televisión. De nuevo s presentó la cara sucia de un Miami intolerante que no quiere que ni en sus universidades siquiera funcione la libertad académica que garantiza el derecho a la libre discusión de las ideas entre alumnos, profesores y personalidades invitadas por esos centros docentes.
Los saboteadores no se salieron con la suya. La conferencia se dio y aunque los intolerantes llenaron la sala de gritos e insultos, el numeroso público allí congregado respondió con su presencia y sus aplausos a la intolerancia de los provocadores.
Fue la de anoche una jornada gloriosa. Se le ganó una batalla a la intolerancia. No será la última. Seguimos lavando para bien de todos, la cara sucia d Miami.