Decía Joseph Geobbels, el genio de la propaganda del nazismo que una mentira repetida una y otra, hasta mil veces, llegaba a convertirse en verdad. Una falsa "verdad" para los inteligentes y perspicaces, pero que por lo general es perfectamente aceptada como verdad verdadera por la gran mayoría de los incautos ciudadanos que digieren como válidos los slogans publicitarios.

Mucho que aprendieron del maldito contrahecho del hitlerismo los modernos genios de Madison Avenue. Son los que hacen la publicidad comercial de los mas variados productos del mercado. Los que nos dicen que mascar chicle es bueno para los dientes o que el que come hamburguesas de McDonald o toma Coca-Cola es más americano que el mismísimo George Washington. Son los mismos publicitarios que después trabajando para el gobierno de turno, nos venden la idea de que una política a favor de la guerra, conduce a la paz. Es el mundo de Orwell.

Frente al barraje publicitario moderno no hay menta humana que lo resista. Nos entra por la radio, por la televisión, por las revistas y los periódicos, por las películas de Hollywood y para colmo, ahora también por la Internet. De esa propaganda no se escapa nadie a no ser que vivamos aislados en un apartado rincón de la tierra como un ermitaño de la era medieval.

A los latinoamericanos se les dice que el destino de una vida ideal se alcanza solo en Estados Unidos. La tierra prometida " de leche y miel", donde es fácil realizar por todos lo que se ha dado en llamar "El Sueño Americano". Es el espejismo de una buena propaganda.

Pero en la realidad el sueño muchas veces se convierte en pesadilla porque no todo lo que brilla es oro ni los dólares están tirados por las calles norteamericanas ni son tantos los que logran superar el nivel de pobreza que entre los hispanos solo es comparable con los ciudadanos de la raza negra.

Hay cifras estadísticas que meten miedo. Mas de seis millones de personas en Estados Unidos están tras las rejas de las cárceles o en libertad condicional. Uno de cada 32 ciudadanos que viven en este país se encuentra preso o en probatoria. Desde fines del año pasado, según el Departamento de Justicia el número de convictos por los Tribunales ha ido en aumento y no se vislumbra que en un futuro cercano eso pueda cambiar.

¿Es ese acaso el sueño americano? Ese no es "El sueño americano" que nos han metido en la cabeza con sus campañas publicitarias los vendedores de casas o los fabricantes de automóviles. Ese sueño ideal que en nada se parece a esta realidad carcelaria que tanto debiera preocupar a los gobernantes de este país de la misma manera que tan preocupados están por la amenaza del terrorismo.

"El sueño americano" es cierto para unos. Pero no para todos. Mucho menos para los que están tras las rejas de una cárcel o bajo el índice de pobreza.

Pero no hay que perder la esperanza. Para eso está la lotería de La Florida que tiene acumulados mas de 60 millones. Y cualquiera se saca el "gordo". Pro se lo saca uno solo. El que lo gane si que hace "El sueño americano". Los otros, los otros, a seguir soñando, hasta el próximo sorteo.