Líderes campesinos solicitaron por la aprobación de una Ley del Maíz, que ponga a salvo este cultivo para evitar sucumbir ante la apertura comercial prevista para este mercado en el año 2008. El Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) plantea la exención de obstáculos para el comercio del maíz, con lo cual Estados Unidos, el mayor productor mundial de este alimento, acapararía la demanda nacional con cultivos competentes y genéticamente modificados.

La demanda de maíz actual en México es de 24 millones de toneladas, pero se producen 19 y se importan otros cinco millones, ante la incapacidad de los agricultores para ello, debido a la falta de financiamiento gubernamental y la carencia de equipamiento técnico para el cultivo.

Alejandro Elmas García, presidente de la Confederación Nacional de Productores Agricultores del maíz, afirmó en una reunión nacional sobre esta problemática que una Ley al respecto no solo serviría para dar un ordenamiento jurídico y fomentar el cultivo.

Apuntó que una disposición legal en esta cosecha permitirá sentar las bases en el país para frenar la fuerte competencia que se avizora con el TLCAN, además de impulsar la entrega de mayores recursos para las investigaciones científicas, proteger el empleo de los maiceros y garantizarle un mercado a sus granos.

Además, posibilitaría conservar la existencia de un maíz criollo primitivo, cultivado aquí desde hace unos siete mil años y con posibilidades de enfrentarse en el mercado internacional frente a los organismos genéticamente modificados (OGM), debido a sus propiedades y usos.

García citó la necesidad de un Programa Nacional del maíz para concretar los postulados de una legislación al respecto, que resuelva la depauperación del campo mexicano, proteja los empleos y haga perdurar una tradición que ya es parte de una cultura nacional.
El líder nacional campesino expuso que se precisa la revisión del artículo agropecuario del TLCAN, ya que al ser firmado con premura y acorde con intereses de las transnacionales, no se consideró el impacto que tendría para el sector rural, agobiado hoy por la pobreza, la desigualdad y la injusticia. Denunció, asimismo, que el desmantelamiento de los controles estatales ha puesto en riesgo la tradición alimentaria de los mexicanos ante la proliferación del contrabando del maíz transgénico en el país y el creciente consumismo de productos importados.

México es centro de origen de esta planta y posee una diversidad de mas de 40 razas, de las cuales se derivan decenas de variedades y clases, atributos que, de aplicarse políticas gubernamentales adecuadas, lo ubicarían entre los principales productores y exportadores en el orbe.