La noticia ha sido evidentemente escondida y es en extremo preocupante. El Eximbank denegó el crédito que solicitaba TGP (Transportadora del Gas Peruano) para Camisea. Y el motivo es por el incumplimiento de normas ambientales. No es la primera vez, esto ocurre por segunda o tercera oportunidad.
Decir que el Eximbank o que el BID deniegan solicitudes por simpatías o antipatías es una reverenda estupidez. Ellos se basan en estudios y análisis. En este caso, TGP ha incumplido patrones de cuidado del medio ambiente y ha hecho lo único que hasta hoy se conoce y denunciado: destruir la ecología, malograr los campos y promover criminalmente, que cerros, ganado, ríos y poblaciones regnícolas envilezcan sus modos de vida, sus tierras y proyectos personales o colectivos. ¡Así de simple!
Como el Eximbank no le otorga a TGP el crédito, entonces, se les ha ocurrido la facilísima idea de levantar los US$ 275 millones de dólares que dicen requerir vía la emisión de bonos y así lo ha anunciado Christian Laub, gerente de mercado de capitales del Banco de Crédito, propiedad de uno de los dueños del Perú, Dionisio Romero.
Por toda excusa dicen los de TGP y del BCP, que la emisión de bonos es un mecanismo para conseguir dinero. ¿Y dónde está el aporte propio que estas empresas decían tener para llevar a buen término el gas desde Camisea a Lima? Si todo se basa en maromas crematísticas, estamos frente a hechiceros productores de dinero de la nada o con responsabilidad de otros y de nulo respaldo autónomo. ¿Qué dice el gobierno frente a esto?
Hasta se podría pensar que el Perú es un paraíso porque empresitas pequeñas o hechas ad hoc, se hacen de contratos millonarios y por 10, 15 ó más años. Tal el caso de Lima Airport Partners, la concesionaria tramposa del Aeropuerto Jorge Chávez, firma que apenas tenía un capital de S/ 10 mil soles cuando recibió la responsabilidad o de Plus Petrol o TGP en Camisea que, como no tienen dinero, necesitan rebuscarlo a través de las palancas y que paguen quienes aquí se quedan con sus campos envenenados y sus aguas contaminadas.
Camisea comenzó mal y mal anda. Los alaridos del ministro Jaime Quijandría en el otro sentido, obedecen a su connivencia marcada y demostrada sin ambages, durante toda su vida. Es más, su hijito, Martín Quijandría, es el gerente general adjunto de Sodexho, empresa que brinda servicios a Yanacocha, Alto Chicama, Antamina, Camisea, San Gabán. Alguna vez, don Jaime dijo que tenía espías en los mismos centros de producción minera y energética. Ya entendemos que decía la verdad.
En Valle de La Convención, Cusco: Tierra de Nadie, vídeo que nunca pudo verse en Lima, denunciamos cómo Techint, Pluspetrol y TGP destruían los puentes, contaminaban los campos, envenenaban los ríos y producían muertes a su paso en el tendido del gasoducto. Ni las leyes, ni los jueces y mucho menos la policía han tenido nunca la posibilidad de fiscalizar como se debe a estas empresas que tienen de todo, menos dinero, por el cual tienen que pelear en las bolsas y a través de maniobras de apalancamiento. Sin embargo, nadie dice nada y que nuestras poblaciones selváticas sufran daños irreparables parece no preocupar a la frívola prensa limeña, a los canales y mucho menos a los políticos.
Que TGP no tenga el crédito porque incumple con normas ambientales no es un incidente: ¡es una acusación terrible!
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
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