El ministro de Transportes ya dio su “veredicto” y dice que no ve nada anormal en Lan. Alfredo Ferrero, el inefable “negociador” del TLC que sólo favorece los intereses norteamericanos (nadie sabe “qué negocia”), afirma que se atenta contra la Copa América. Una sola pregunta: ¿y la opinión del juez Zamalloa y su dictamen, no tienen ninguna importancia?

¿Cómo se pretende que la administración de justicia sea respetable y respetada si cuando algún juez tiene la valentía corajuda de dictaminar sobre un caso que ha estudiado durante tres meses, le hacen un cargamontón monstruoso? No sólo El Comercio, Canal N, Perú21, relacionados con el testaferro de Lan Chile, Emilio Rodríguez Larraín, sino que el oficialismo se esmera en cuestionar con argumentos emotivos o contingentes lo que ha sido una decisión jurisdiccional del probo juez arequipeño.

¡Ninguno, pero ninguno, de los hoy protestantes dijo algo en junio del 2002 cuando cerraban Aerocontinente en Chile, precisamente por una decisión judicial! Es más, el canciller de entonces, Niño Diego García Sayán, condecoraba a su par chilena en Lima, Soledad Alvear. Pregunté entonces, desde la dirección de Dignidad: ¿qué, la premian por haber clausurado Aerocontinente? Ciertamente, nadie contestó.

Los abogángsters se hacen cargo de los cubileteos en favor de una u otra causa. No interesa ¡para nada! la justicia de ésta. Prima el sentido crematístico de lo que se ha planeado ganar merced a torneos, turismo, o cualquier otra razón. Lo último que preocupa al periodismo es la lealtad a principios y a la etiología genuina sobre las que se asienta la decisión del juez Zamalloa. Un diario ha dicho de él “convenientemente aceitado”. ¿Cómo saben eso? Cuando los señorones de la prensa canónica ofenden, insultan y apostrofan, no hay quién diga lo contrario porque muchos intereses se juegan en el terreno.

¿No es el testaferro de Lan Chile, Emilio Rodríguez Larraín, el aprovechado que viajaba en los aviones presidenciales de este régimen? ¿Y también no es el que estuvo en los líos de Canal 5? ¿No es también el que fleta pandillas de “periodistas” para que le defiendan en sus medios afines y con espíritu de cuerpo? ¿En la televisión, radios y diarios? Este individuo puede decir cuanto se le ocurra, pero todos saben para dónde patea y qué representa: la quinta columna y la infiltración desvergonzadas del exterior. Siempre el Perú tuvo esta clase de miserables, conspirando contra el Perú desde sus propias entrañas.

Si un juez en la majestad de sus actos da un veredicto, éste hay que respetarlo y cumplirlo. Si se equivocó, que cargue con las consecuencias previstas en la ley. Pero, la majadería de ministros, políticos y gusarapos adláteres no puede primar sobre un dictamen de conciencia de un representante de la justicia peruana.

Otra contradicción repugnante: ¡todos los que berrean por Lan, no han dicho una sola palabra por las 2000 familias que conforman el personal de Aerocontinente! ¿No es eso vergonzoso, por decir lo menos? ¡Qué falta de dignidad y de verguenza!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!