Cuando el sub-decano El Comercio ninguneó el informe del Colegio de Abogados de Lima que concluye que los planillones de firmas de adherentes para la inscripción electoral son documentos de carácter público no hacía sino ponerse en contra de sí mismo. El legiferante Edgar Villanueva sostuvo: “Esta opinión del CAL es importante porque desbarata la tesis absurda de que los planillones de Perú Posible con firmas falsificadas son documentos privados”.

En los juegos que establecen, como patrón y norma de conducta, los mafiosos de toda laya y pelaje, es ley decir hoy todo lo contrario de lo que ayer manifestaron en blanco y negro. El Comercio, en febrero del 2000, hizo de conocimiento de la ciudadanía el caso de la fábrica de firmas del fujimorista Perú2000 y se inició el proceso penal contra Medelius y otros. Desde entonces los delincuentes del fujimorismo sólo dijeron que estas firmas eran parte de un documento privado.

Conviene subrayar, según consta en las publicaciones, desde entonces, que la procuradoría anticorrupción y la justicia, desestimaron la falsa lógica cuyo único propósito era la impunidad de los delitos vía la prescripción.

¿Cómo así que El Comercio adopte, suscriba y difunda, exactamente la figura que son documentos privados las firmas de adherentes como sostienen cuatro informes legales presentados por el congresista Marcial Ayaipoma y que son sospechosos de haberle costado al Estado la friolera de casi US$ 100 mil dólares? ¿Con los fujimoristas mano dura y con los de Perú Posible, mano blanda?

Recuérdese el conchabo Fujimori-El Comercio: Alejandro Miró Quesada del diario de La Rifa fue embajador especial del Estado cuando los infaustos sucesos de la guerra con Ecuador. Luego, algunas discrepancias, dispersaron a este matrimonio usual de conveniencia y El Comercio disparó con dardos envenenados el tema de la falsificación de Perú2000.

La contradicción es tan flagrante que el parlamentario Edgar Villanueva dijo: “Existe una grave contradicción en el Ejecutivo, porque el ministro de Justicia contrata estudios de abogados para refutar la lógica -ratificada además por jueces y fiscales- que ha imperado en la procuradoría, organismo bajo su jurisdicción”.

Entonces, ¿cómo es que El Comercio cambió de bando? ¿Tendría algo de raro esto? ¡De ninguna manera! Véase cómo defiende el sub-decano a LAN porque el testaferro de esa aerolínea chilena es Emilio Rodríguez Larraín, calificado con el apropiado título de traidor a la patria por una congresista. Es decir, los movimientos pendulares que afectan la vida peruana, retornan con fuerza inusitada. Y hoy la mafia tiene en El Comercio a sus mejores defensores que dicen que hoy es blanco lo que ayer denunciaron como negro. ¿De cuánto fue el envión dinerario o qué contratos o concesiones o pitanzas hay de por medio para que esto ocurra de este modo tan perverso e inmoral?

Personalmente no creo que se dé la figura de la vacancia. Los primeros aterrorizados son los políticos. A ellos no conviene que se mueva mucho el fango. Entonces hay que hacer teatro -y del más ramplón- para la tribuna. Otro cantar es que la gente se trague el sapo. Difícil ¿no?

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!