No había estado nunca en un país árabe. Mis colegas y yo queríamos establecer vínculos directos con esos países y yo inicié mi visita por Egipto invitado por el presidente Mubarak, con quien desarrollé una relación estrecha. Rusia mantuvo siempre vínculos estrechos con los países árabes, a veces con altibajos, pero sin perder calor y cordialidad. Más de 300 millones de personas viven en el mundo árabe y es obvio que los problemas del mundo contemporáneo no pueden solucionarse sin tomarlos en cuenta a ellos. La mayor prioridad de nuestra política con respecto a los árabes es desarrollar un clima de estabilidad que permita poner fin a los conflictos regionales y desarrollar vínculos económicos. En la actualidad, Rusia experimenta un fuerte crecimiento. Nuestro problema reside en las consecuencias del deterioro de los servicios estatales que estamos reestructurando.
Nosotros no hemos dejado de desarrollar nuestras relaciones comerciales con Egipto. Sin democracia Rusia no tiene futuro, y por ello todos estamos trabajando por la democratización de la sociedad rusa aprendiendo de los análisis y críticas ajenas. Pero no aceptamos a aquellos que utilizan las consignas de la democratización para interferir en los asuntos rusos:
_ Los países musulmanes han condenado la toma de rehenes de Beslan y les estamos agradecidos por haber comprendido el verdadero carácter de la situación en el país, en Chechenia y en el resto de Rusia. Pocos saben que en estos últimos años se construyeron en Rusia decenas de mezquitas. Pocas personas toman en cuenta nuestros llamados a favor de la estabilidad en Chechenia, nuestras propuestas de amnistía para todos aquellos que no quieren imponer sus ideas mediante la fuerza. Dialogamos con los chechenos y ellos aceptaron una constitución cuyo principio básico es pertenecer a la Federación Rusa con una gran autonomía. Los Estados miembros de la Organización de la Conferencia Islámica y de la Liga Árabe han reconocido la validez de esa votación.
Rusia y los Estados Unidos tienen criterios opuestos con respecto a Irak, pero tienen socios naturales en cuanto a las cuestiones de estabilidad internacional, de no proliferación de las armas de destrucción masiva, de combate contra el terrorismo. Nosotros habíamos hablado de estos temas con George W. Bush y no deseábamos volver atrás. Nos opusimos a la guerra en Irak y comprobamos que teníamos razón al hacerlo. La situación en ese país no podrá mejorar hasta que el nuevo gobierno no entable un diálogo con todos los iraquíes.
Consideramos que no es posible construir un sistema democrático sin respetar la ley. Asimismo, tampoco puede construirse un orden internacional democrático sin respetar la ley internacional. No obstante, hoy en día es necesario reformar la ONU para evitar que esta organización sufra la suerte de la SDN.
Actualmente trabajamos con Irán sobre la cuestión nuclear. Creemos que la confrontación no es una solución, pero estamos en contra de la proliferación nuclear. Hemos establecido con Irán una serie de acuerdos en ese sentido.
_ Rusia participa en la solución del conflicto israelo-palestino mediante su participación en el Cuarteto, pero no aspira a reemplazar a las partes presentes. Mantenemos buenas relaciones con Israel y apoyamos la creación de un Estado palestino viable. Creo que Mahmud Abbas hace todo lo posible para que haya paz nuevamente y Egipto puede influir en ello.

Fuente
Al-Ahram (Egipto)

«Renewing old ties», por Vladimir Putin, Al Ahram, 28 de abril-4 de mayo de 2005. Texto adaptado a partir de una entrevista realizada por Ibrahim Nafie.