En Perú ya no parece raro que una aerolínea foránea, LAN, acapare el 80% del tráfico de pasajeros a nivel nacional, sino que, repitiendo fórmulas aviesas y cínicamente modernas, los medios reciben copiosa, abundante y millonaria retribución económica por la publicidad que exhiben en sus producciones. Radios, periódicos, canales, no titubean un segundo con tal de hacerse de esos dólares. ¡La subasta de conciencias está a la orden del día!
Hay precedentes parecidos. Esa empresa estafadora que es Telefónica del Perú, TdP, ha fabricado hasta una institución de apoyo “cultural”. En buen romance, financia cualquier adefesio o bodrio, en forma de obra teatral, libro, folleto, poema o simposio o lo que fuera, con tal que en las marquesinas figure el logotipo de esta empresa odiada por sus monopolios y vituperada por lo menos hasta en tres países aparte del nuestro: Brasil, Chile, Argentina. Un par de años atrás, un “fórum” contra la “corrupción” fue financiado por TdP.
Es obvio que tan generosa publicidad se refleja en los comentarios gratos que multitud de simpatizantes pagados emiten de manera pública. El vídeo insultante que LAN pasó en sus vuelos, ya no es tan ofensivo ni fue hecho adrede dentro de una concepción agresiva secular e insospechable de casual o fortuita. Los días y semanas perdonan en Perú a los fautores de mil y un truculencias, aún cuando se trate en contra del mismo país. Y los traidores abundan porque saben bien que el dinero compra y silencia cualquier protesta.
Si usted navega por Internet y va a la página de la principal radioemisora peruana encontrará avisos de LAN al por mayor. Además, por lo menos un turiferario de apellido Lombardi, dedicó largas expresiones a limpiar el affaire LAN, abominando del chovinismo y monsergas por el estilo. ¡Como si los quintacolumna pudieran hablar de patriotismo alguna vez!
Entonces, ¿habría que deducir la imposibilidad de hacer frente a la masiva y copiosa propaganda que hacen las empresas como LAN o las mineras que se niegan a pagar regalías porque no les da la gana? Aparentemente la batalla está perdida antes de comenzar. Sin partidos políticos o instituciones cívicamente fuertes, no pasan de meras empresas colocadoras de personal para la burocracia. Con intelectuales que se desviven por conseguir el apoyo de TdP a lo que ellos llaman libros y que no pasan de simples panfletos de muy bajo nivel. Infectados de idiotas que se llaman analistas o aventureros que se reputan como gurúes, ¡sí que tenemos un panorama más que enrevesado!
Pero, siempre hay conciencias libres, incorruptibles, peleando por y ante la historia evitando la desverguenza corrupta a que quisieran llevar al Perú los tecnócratas vendepatria que todo lo regalan con sus concesiones hechizas o contratos bajo la manga. Y de eso se trata, de persistir en la lucha desigual, casi sin equilibrio posible, pero en el afán de morir -como los árboles de Casona- de pie y sin rendirse ante la pezuña abusiva del capital.
Desdorosa, la actual subasta de conciencias, está en plena vigencia en Perú. Y habrá que aniquilarla por voluntad popular y acción cívica revolucionaria.
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
Manténgase en contacto
Síganos en las redes sociales
Subscribe to weekly newsletter