¿Serán concientes nuestros muy zahoríes políticos nacionales que cualquier bronca, escándalo, pedido de vacancia, caos, brindará mareas pródigas para felicidad y delicia de cierto gobierno que no cesa en empujar la intromisión en el tema bilateral de La Haya de otros dos países, Bolivia y Ecuador? Aquí hay especialistas en pescar el anzuelo con una facilidad grotesca. Y la incontinencia afecta a oficialismo y oposición. El número 1, el jefe de Estado, pronuncia disparates que luego escuderos apenas castellanoparlantes pretenden arreglar. Y el señor Humala no se queda atrás porque a posteriori de su pretendida respuesta política ha tenido que precisar que quiso decir otra cosa distinta a lo que todo el mundo entendió con su convocatoria a la Fuerza Armada. ¿Comprenderán que el espectáculo de goloso canibalismo no favorece al Perú?

La Cancillería precisó días atrás que actuará de acuerdo con lo prescrito en el Artículo 1 del Protocolo Complementario del Tratado de Lima del 3 de junio de 1929 que señala un previo acuerdo entre Perú y Chile para cualquier cesión a tercera potencia de los territorios a su cargo en virtud de ese pétreo instrumento y el titular de Relaciones Exteriores, José García Belaunde, se expide con imprecisión censurable abriendo la puerta a interpretaciones antojadizas. Cuando Chile cite a García Belaunde en abono de la supuesta justicia de la causa boliviana recién entonces se aquilatará lo grave del intríngulis. ¿Empieza el ministro a dar más muestras patéticas que no está a la altura de las circunstancias?

Cualquier observador elemental, no necesita ser “analista, internacionalista, estratega, especialista” u ostentar cualquier “ista” para opinar, diría que a Perú basta con mostrar una actitud prudente, de silencio o discreción y dejar que otros se desboquen diciendo cuanto les venga en gana. Ello evidenciaría, como hasta ahora, que los nerviosismos atacan a quienes tienen temores (fundados al parecer), de que sus argumentos son más bien frágiles y perdedores. ¿Para qué tanto brinco si el suelo está parejo? recuerda el dicho popular. Además, hay que repartir bozales y no haría mal el primer funcionario del Estado en usar uno de cuando en vez y así no emite tonterías que provocan réplicas iguales o peores.

No obstante la simpleza de lo dicho, todo debiera partir de una convicción nacional y seguida como política de Estado y la absoluta convicción que hay disciplinas por encima de partidarismos o ambiciones de parroquia. Esos cuasi bobos que en pleno casus belli (La Haya es eso en términos civilizados pero allí será la pelea) andan vociferando por vacancias o desestabilizaciones necesariamente tendrán que ser conminados a proclamar su patriotismo de manera pública e inequívoca. No hay término medio posible cuando se trata de la defensa del Perú.

Llama a risa el nivel doctrinario o ideológico anémico de nuestros políticos. Por allí ha habido uno que proclama que hay que defender la democracia, las inversiones y la propiedad privada. Por cierto si a este pelafustán se le recordara el dicho anarquista que la propiedad es un robo se jala los pelos y plantea ipso facto una acusación o un voto de censura. ¿Así que hay proteger el modelo? ¿se habrá referido el fautor del dislate a éste que regala concesiones a granel, consagra los privilegios de las castas de siempre, protege la desigualdad y torna perenne un país de desniveles, racismo acendrado, inequidad bárbara, centralismo absorbente y servilismo desde el mismísimo gobierno? Y unos y otros navegan en el charco de tanta pobreza intelectual que parece tarea imposible pensar que esto puede cambiar algún día.

Perú ha planteado a Chile un contencioso por delimitación marítima en la CIJ. Es un tema entre dos países, permitir los arrebatos que inmiscuyen a otros dos, es un yerro inadmisible y lesa patria que Cancillería debe evitar cuidadosamente y ¡ya mismo! Permitir que los deslenguados y de cerebro escasísimo opinen a diestra y siniestra, también es un despropósito. Serena y vigilante expectativa es lo que conviene al país.

¿O hay quienes están trabajando para que a río revuelto la ganancia sea de los pescadores del sur? Antes a esos se les llamaba espías, infiltrados, quintacolumnas, traidorzuelos locales dice Javier Valle Riestra (¿en quién estaría pensando, en el mamarracho ese que se hizo premiar cuando decía negociar por Perú y se hizo condecorar Chile que peleaba contra nuestro país en 1999?). De repente, de repente, aunque también es posible que el conocido hombre público otorgue sólo su desprecio a esta clase de homínidos.

¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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