A simple vista, la crisis se apoderó de ambos engendros, pues de 34,8 millones en el pasado año, las partidas para este serán de 32,4.

Según el cotidiano The Miami Herald, la medida obedece a la “fuerte reducción del presupuesto federal” y a la “necesidad de actualizar su formato”.

El diario resaltó que el propósito de ambas emisoras “será ahora producir noticias más rápido y mejor” en el ánimo “desesperado por ganar audiencia para una programación muy criticada”, que recibe “demasiado dinero y tiene muy poca audiencia”.

Críticos a tal engendro radicados en los Estados Unidos aseguran que muy pocos cubanos “de los 11,2 millones que viven en la Isla escuchan Radio Martí y que nadie ve TV Martí”.

Menos del uno por ciento de mil 200 cubanos entrevistados por teléfono había escuchado Radio Martí durante la semana precedente a la encuesta, según estudio publicado por la Oficina de Fiscalización Gubernamental.

Hace apenas dos semanas, Cuba, por intermedio de su embajador en ONU, Abelardo Moreno, denunció ante el Comité de Información de las Naciones Unidas que las trasmisiones de marras tienen su basamento en la tergiversación y falseo de la realidad en la Isla.

El diplomático dio a conocer que semanalmente ambas plantas transmiten hacia Cuba 1 955 horas radiales y televisivas por 31 frecuencias diferentes (ondas corta, media, FM y TV). Se trata, explicó de 231 a 258 horas cada día de una programación que nada posee de “equilibrada y objetiva”.

Tales radio y tele agresiones se convierten de facto en el trasfondo político del bloqueo económico, financiero y comercial a que ha sido sometida la mayor de las Antillas por parte de una decena de administraciones norteamericanas. La presente es la oncena.

Agencia Cubana de Noticias