El viernes 3 de julio, en la madrugada, murió el escritor ambateño Jorge Enrique Adoum; poeta, novelista, crítico literario y ensayista, cumplió su ciclo vital después de haberse convertido en uno de los más destacados escritores ecuatorianos.

En el año 2005, la Casa de la Cultura Ecuatoriana publicó en seis volúmenes las obras completas, siendo las fundamentales: “Ecuador Amargo”, 1949; “Los Cuadernos de la tierra”, cuyos primeros dos volúmenes : I “Los Orígenes” y II “El enemigo y la mañana”, fueron publicados en 1952; el tercero “Dios trajo la sombra” lo publicó en 1960; y el cuarto: “Eldorado y las ocupaciones nocturnas”, en 1961. En 1963 publicó dos libros: “Antología del Río Guayas” y “Notas del Hijo Pródigo”; en 1955 apareció el libro “Relato del Extranjero”; y en 1957 publicó “Poesía del Siglo XX”. En 1963 publicó un libro con el nombre de “Poemas”, en el cual hace una recopilación de su poesía escrita entre 1949 y 1961. La novela “Entre Marx y una mujer desnuda”, otro de sus libros fundamentales en el campo del relato, aparece en 1975.

El 8 de febrero de 1963, siendo Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, en la Editorial de esa institución, con el nombre de “Los cuadernos de la Tierra I - IV”, se publica una recopilación poética de la obra de Jorge Enrique Adoum, escrita hasta esa fecha, y que comprende los poemarios antes mencionados

En esta publicación se resumen las opiniones sobre la poesía de Adoum, vertidas por destacadas figuras de la literatura de ese entonces, como: Héctor P. Agosti, Benjamín Carrión, Jorge Carrera Andrade, Gonzalo Escudero y Demetrio Aguilera Malta.

De la reseña de sus obras publicadas, se puede afirmar que la mayor parte de su producción literaria y, quizás, la más valiosa y trascendental, fue escrita entre los años 1949 (“Ecuador Amargo”) y 1963 (“Poemas”), es decir en la plenitud vital del poeta, su juventud, pues nació el 29 de Junio de 1926.

“Mi talismán de barro y el fluvial

progenitor de donde vengo,

me circundan ahora, entre

dulces cilindros y entre herrumbres.

Si alguien me pregunta

mi apellido, yo respondo: Hay

una mujer y un árbol en mi origen,

una mujer y el rayo. Y pienso

en ti, lúbrico arcoiris, madre

isla saludable, padre océano

que estás a mi costado”.