23-10-2011

Conquista hoy el ciudadano Alonso, mi hijo, la cumbre de 22 años alborotados, activos, ricos y de profunda alegría. A quienes nos cabe alguna cuota forjadora en su existencia, motiva la efemérides júbilo, mirada atenta al porvenir que se acerca y observación serena que hay quien tome la posta para mejores destinos. Mientras tanto, al unísono de bronca salutación decimos: ¡feliz cumpleaños!

La irrefrenable pasión viajera de Alonso se grafica en su pasaporte que testimonia su paso este año por Chile y Argentina y en ese mismo orden sus visitas por Santiago, Buenos Aires y Santa Fe. Sospecho que esa vena de trotamundos sí tiene que ver con la genética filial y su madera de entretenido ser humano. Hay fotos divertidísimas que dan cuenta de esos periplos y experiencias que siempre serán vivero y fuente de sabiduría para este mozo. Y, un dato sobresaliente: hechas las excursiones ¡con sus propios recursos! Mis agotadas faltriqueras no sufrieron más embates que los cotidianos.

Exceptuadas las bullas horrísonas de lo que Alonso llama temas musicales y su natural y aún poco educada voz de mando, con él nos une fraternidad acrisolada en el amor creativo de una familia común y silvestre que dialoga un abanico inmenso de temas de los que no se excluye ninguno. Y acaso sea eso una rica despensa para su vida profesional: la conversación crea y edifica; el choque, destroza y abate.

Bueno es resaltar que los desafíos han sido variados para Alonso este año. Practica en una empresa importante y ha empezado a concitar muestras de crítica fraterna pero también de aprecio a su pundonor laboral. Adentrado en intríngulis múltiples y a veces complicados, buscó y encontró rutas adecuadas y de obligatorio cumplimiento. Siempre será una mejor alternativa caminar por las avenidas de la decencia que por la elusiva y tramposa vertiente que acorta vías pero que sí pervierte el alma y ensucia cualquier ejecutoria.

A los jóvenes, y Alonso no es una excepción, aqueja la tendencia de superlativizar o exagerar sus años que aún siendo pocos a ellos antojan como “largos, muy largos”. Y a veces sus cuitas son de fácil solución aunque la inexperiencia le recita que el embrollo es dificilísimo. Sin embargo, cábeme la satisfacción de atestiguar que los razonamientos del joven protagonista de esta nota, casi siempre han sido juiciosos. Y cuando no lo fueron tuve el cuidado inmediato de hacérselo notar ipso facto para evitar caídas bobas y, sobre todo, caras. Aún así él sabe, mejor que nadie, que la reflexión es una consejera a la que hay que enamorar con pasión indomeñable.

Para todos los jóvenes que hoy cumplen años, un saludo fraterno y cariñoso de quien siente la juvenilia presente y perenne a la que no renuncia jamás. A los compatricios para los que la jornada es mucho más dura, solidaridad simbólica de quien no puede verlos pero sí sentirlos en la invocación espiritual que con todo respeto emitimos.

Toca ahora un mensaje para Alonso:

La vida, querido hijo, es una sola y hay, pues, que empeñarse a fondo en que ésta nos proporcione retos a los que vencer en buena ley, con verdad y sabiduría. Sé que estás en ese camino, no siempre con tu anuencia. Entonces que el acicate de esas circunstancias espoleen tu voluntad de victoria, tu forja de aún estudiante, el cartabón moral de tu vida profesional y el diseño de una jornada como hombre de familia cuando sea llegada la hora. El destino lo escribes tú en una comunidad y en un país con pasado, gloria y mucho porvenir. Es esas opciones encarrilarás tu vida. Tienes respaldo y amor, cariño y aliento, no lo desaproveches ni minimices. Entiende que algunos somos el presente para ir camino al ayer. A ti toca el porvenir y tu generación tiene responsabilidades muy delicadas. Ves cómo luchamos algunos desde la pobreza muy rica en ideas y huérfana de recursos que, aún así, jamás pierde la risa y el buen humor. Entonces sabes bien cómo son las cosas.

Mensajero de nuevas alegrías, chasqui de esperanzas, cartero de las sorpresas que construyen naciones, en este nuevo aniversario, el número 22, recibe Alonso, nuestro abrazo y todo nuestro cariño, el mismo desde que llegaste en medio de atronadores llantos, un color rojizo encendido, presagios aquellos, de un hombre fuerte, sano, inteligente, normal.
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¡21 años!
http://www.voltairenet.org/article167382.html

¡20 octubres!
http://www.voltairenet.org/article162629.html
23-20-2009

Alonso, octubre y los 19 años
http://www.voltairenet.org/article158402.html
23-10-2008

¡Ciudadano Alonso!
http://www.voltairenet.org/article152370.html
23-10-2007

¡Los primeros 17!
http://www.voltairenet.org/article143821.html
23-10-2006

¡Los primeros 16 años!
http://www.voltairenet.org/article130046.html
23-10-2005

Epístola a mi hijo
http://www.voltairenet.org/article122540.html
25-10-2004

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