De entre las ediciones para celebrar el bicentenario de la revolución de Independencia (1810) y el Centenario de la Revolución de 1910 (la Revolución de 1854, la revolución liberal que encabezó la generación de la Reforma, con Benito Juárez pasó desapercibida en su centenario en 1954), la LXI Legislatura de la Cámara de Diputados, en coedición con Miguel Ángel Porrúa, librero-editor, publicó (en edición facsimilar) La sucesión presidencial en 1910, que Francisco I Madero escribió en 1908, impreso en enero de 1909. Fue una simple convocatoria para que los mexicanos participaran en la propuesta simulada a la que convocó Porfirio Díaz, a través de una entrevista que en 1908 le hizo el periodista estadunidense James Creelman. No era un llamado a la Revolución o a un levantamiento, ni a deshacerse del dictador, quien hipócritamente aseguró que no se postularía por enésima vez tras 27 años de poder absoluto en la Presidencia.
Pero volvió a buscar (es un decir) la reelección, y el 27 de septiembre de 1910, fue declarado presidente por séptima ocasión… de la que fue echado cuando La sucesión presidencial se transformó de simple libro casi insulso, a panfleto contra el porfirismo, lo que causó revueltas que generaron la Revolución y a Madero su dirigente, después candidato a la Presidencia, su victoria arrolladora en las urnas, su homicidio y después el golpe de Estado de Victoriano Huerta. Con miles de ediciones en estos 100 años, tal vez la última (o penúltima) es la de bolsillo de Random House Mondadori, a principios de 2010.
El facsímile apareció en el último trimestre de 2010, en dos volúmenes con 2 mil 63 páginas tamaño carta, seis anexos y cuatro (casi inútiles) notas preliminares.
Nada se dice del tiraje para la Cámara de Diputados ni de los ejemplares a la venta del librero-editor, lo que falta a la debida transparencia. Dos fotografías le adornan. Madero votando en 1912. Y entrando a la capital de los Estados Unidos Mexicanos, o mejor cuando es escoltado por los cadetes del Heroico Colegio Militar, con José María Pino Suárez se dirige al Palacio Nacional, donde los huertistas golpistas canallamente lo asesinaronnte. Tal vez pueda consultarse en bibliotecas (su precio es un abuso del librero-editor que no paga derechos de autor) o se utilice como adorno en algún rincón de políticos y a los que se les obsequió la obra.
No es un libro para su lectura, sino para detenerse en el manuscrito: la caligrafía, los tachones y agregados que hizo Madero al texto que redactó casi de un jalón, tras venírsele el tiempo encima, como si escuchara “el ronco son de la Revolución” (que Víctor Hugo dijo oír, según cita Eric J Hobsbawm en su obra Las revoluciones burguesas. Europa 1789-1848). Una edición de lujo y contrarrevolucionaria en términos de la Revolución de 1910 que un siglo después, ante el nuevo porfirismo panista, la sucesión presidencial en 2012, debe y puede echar del poder presidencial los resabios del foxismo y las sobras del calderonismo que tienen a la nación con miles de desgracias por su mal gobierno y al borde de “alterar o modificar la forma de su gobierno”.
Ficha bibliográfica:
Autor: Francisco I Madero
Título: La sucesión presidencial en 1910
Coeditores: Cámara de Diputados, LXI Legislatura y Miguel Ángel Porrúa, librero-editor
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