Por tercer día consecutivo, varias manifestaciones fueron duramente reprimidas en Irak, con un ‎saldo de 28 muertos entre los manifestantes y 2 muertos en las filas de la policía. ‎

Las manifestaciones se registraron principalmente en la provincia de Dhi Qar –mayoritariamente ‎chiita– y en Bagdad, la capital. ‎

Los manifestantes protestan contra el desempleo, que afecta al 25% de la juventud, y contra la ‎enorme corrupción existente en las nuevas instituciones políticas. ‎

Estas manifestaciones coinciden con el primer año de la llegada de Adel Abdel Mahdi al cargo de ‎primer ministro y con el inicio del peregrinaje chiita en la ciudad de Kerbala. En ese contexto, ‎se espera con gran interés la intervención del Gran Ayatola iraquí Alí al Sistani.‎