Siria se convirtió en el primer Estado en condenar la conducta internacional de Turquía. ‎

En una entrevista televisiva, el 6 de octubre de 2020, el presidente sirio Bachar al-Assad recordó ‎el apoyo de Turquía a los yihadistas del Emirato Islámico (Daesh) y el comercio de Ankara con esa ‎organización terrorista. ‎

Seguidamente, el presidente Assad acusó al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de ser el ‎organizador del ataque contra el Alto Karabaj, precisando que el objetivo de las hostilidades es ‎desviar la atención de la opinión pública turca de los problemas internos cada vez más graves ‎en Turquía. ‎

Al mismo tiempo, el embajador de la República Árabe Siria en la ONU hizo llegar al Consejo de ‎Seguridad una carta donde pasa en revista los crímenes cometidos en Siria por el gobierno turco. ‎

El mismo día, Abjasia, en una situación de conflicto con Georgia comparable a la situación del Alto ‎Karabaj frente a Azerbaiyán, abrió una representación diplomática a nivel de embajada ‎en Damasco, la capital siria. ‎