Quisiera expresar mi profunda decepción por una serie de casos en los que Albania se ha excedido en el uso de sus prerrogativas como Presidencia del Consejo de Seguridad.

La Presidencia, a petición de Ucrania, convocó una sesión del Consejo de Seguridad el 28 de junio. Esto ha sido motivo de prolongados debates entre los miembros del Consejo sobre la aplicación del artículo 3 del Reglamento Provisional. Hay numerosos ejemplos de situaciones en las que un Estado Miembro ha solicitado una reunión, pero esta no se ha convocado porque ningún miembro del Consejo la ha pedido. En esos casos, la Presidencia debe consultar a los miembros del Consejo. Esto no se hizo. Si la Presidencia hubiera actuado en virtud del artículo 1 del Reglamento Provisional, también debería haber consultado a los miembros del Consejo. Esto tampoco se hizo. Solo después de recordar a Albania que el hecho de ocupar la Presidencia del Consejo no significaba que pudiera gobernarlo por sí sola, la delegación albanesa informó a los demás miembros del Consejo de que Albania y los Estados Unidos apoyaban la petición de Ucrania.

Durante esa sesión sobre Ucrania, celebrada el 28 de junio, la Presidencia del Consejo de Seguridad permitió que el Sr. V. Zelenskyy participara virtualmente, de conformidad con el artículo 37 del Reglamento Provisional. Esto contradice la práctica habitual y hace caso omiso del principio según el cual todos los Estados Miembros invitados a dirigirse al Consejo en virtud del artículo 37 deben hacerlo de manera presencial. Al permitir la participación del Sr. V. Zelenskyy por videoconferencia con el pretexto de que “se trata de un caso excepcional que no sentará un precedente para la futura participación de los Estados Miembros en virtud del artículo 37”, la Presidencia albanesa repitió de hecho la misma práctica utilizada por el Reino Unido durante su Presidencia en el mes de abril, cuando el Sr. Zelenskyy también se dirigió al Consejo por videoconferencia. Deseamos destacar el hecho de que estas “excepciones” solo se hacen para un Estado Miembro y que, bajo anteriores Presidencias, solicitudes de este tipo presentadas por otros Estados Miembros fueron rechazadas. Que sepamos, cuando ocupó la Presidencia en el mes de junio, Albania también negó la participación por videoconferencia a al menos un Estado Miembro, pero no a Ucrania. Esto demuestra que Albania se ha extralimitado en las prerrogativas de la Presidencia y ha demostrado que no es imparcial.

Quisiéramos subrayar que la participación virtual del Sr. Zelenskyy no debería sentar un precedente para la labor del Consejo en el futuro e instamos a los futuros presidentes a no abusar del Reglamento.

Sin embargo, durante la sesión celebrada el 28 de junio, se incumplió nuevamente la práctica del Consejo de Seguridad. Al final de su discurso, el Sr. Zelenskyy anunció un minuto de silencio. El Presidente, representante de Albania, no respondió a este pedido. Ahora bien, cualquier acción de este tipo por parte del Consejo, incluido el minuto de silencio, debe ser solicitada por la Presidencia, tras consultar a los miembros del Consejo. Fue la segunda vez durante la Presidencia de Albania que se guardó un minuto de silencio, sin previo aviso.

Cabe señalar que, desgraciadamente, todos estos acontecimientos tuvieron lugar en el contexto del debate abierto del Consejo de Seguridad sobre la aplicación de la nota de la Presidencia del Consejo sobre los métodos de trabajo (S/2017/507), celebrado el mismo día. Tampoco podemos dejar de recordar que Albania preside el Grupo de Trabajo Oficioso sobre la Documentación y Otras Cuestiones de Procedimiento. Sabiendo que los debates abiertos se prolongan durante más de una sesión, y a pesar del número de Estados Miembros que desean hacer uso de la palabra con respecto a esta cuestión, la Presidencia albanesa decidió, no obstante, organizar una sesión sobre Ucrania. En lugar de aplazar la segunda parte del debate abierto para una fecha posterior (como se había dado a entender desde el principio, ya que el programa de trabajo provisional lo permitía) o de programar la sesión sobre Ucrania después del debate abierto, la Presidencia albanesa obligó a las delegaciones que quedaban en la lista de oradores para el debate abierto a intervenir a toda prisa, debido a la falta de tiempo. Creemos que esas delegaciones podrían haber sido tratadas con más respeto.

Desgraciadamente, hoy la Presidencia albanesa se ha visto de nuevo empañada por el hecho de que decidió invitar a un exponente de la sociedad civil a la sesión del Consejo de Seguridad sobre Siria, celebrada el 29 de junio. El exponente utilizó un lenguaje soez, insultó a los Estados Miembros e hizo acusaciones sin fundamento, lo que es inaceptable. Su comportamiento histriónico no contribuyó al debate sobre un tema importante, sino que puso en tela de juicio las verdaderas intenciones de la Presidencia que lo había invitado. Esto es una clara señal de que debemos reconsiderar nuestro enfoque sobre la cuestión de la presencia de representantes de la sociedad civil en las sesiones del Consejo para evitar que se produzcan este tipo de incidentes.

Le agradecería que tuviera a bien hacer distribuir la presente carta como documento del Consejo de Seguridad.