Augusto Celis, superintendente nacional de cooperativas de Venezuela, anunció que este año se prevé un crecimiento de 8% en el sector con lo cual sumarán 19.640 las asociaciones que operarán en el país.
En el marco del lanzamiento del plan Vuelvan Caras para reducir el desempleo de 16% a menos de 10%, el Gobierno venezolano ha enfundado toda su artillería para crear pequeñas empresas, reactivar parques industriales, fomentar la conformación de asociaciones de cooperativas y estimular la contratación de empresas nacionales en los proyectos de compras del Estado. Además se proyecta el establecimiento de varios ejes de desarrollo endógeno en las regiones más deprimidas del país.
En este contexto -y con la proyección de generar un crecimiento del Producto Interno Bruto de entre 5% y 7%- la Superintendencia Nacional de Cooperativas (Sunacoop) ha adaptado su estructura para colaborar con los programas emanados del plan 2002-2007.
Hasta la fecha existen en el país 18.185 empresas cooperativas de las cuales 48% son de servicio y suministro de bienes (8.641), 31% corresponden al área agropecuaria (5.646), 13% al sector transporte (2.311), 4% a la actividad de consumo (658), otro 4% a servicios sociales (720) y 1% son de ahorro y crédito (209).
Se prevé este año el crecimiento de 8% en la conformación de cooperativas para llegar a 19.640.
Augusto Celis, Superintendente Nacional de Cooperativas, comentó que este organismo dependiente del Ministerio de la Producción y el Comercio venezolano ha adecuado toda su estructura para responder de manera eficiente a la misión Vuelvan Caras.
«La Superintendencia es una pieza importante en el desarrollo y consolidación de los ejes de desarrollo endógeno, porque junto con el ministerio de la Producción y el despacho de Agricultura, tiene como misión estratégica el desarrollo de los campos industriales y de los núcleos turísticos», apuntó.
Explicó que en el área turística el organismo pretende recuperar la infraestructura bajo el esquema de conformación de empresas cooperativas donde la mayoría de los integrantes sean personas que habiten en las zonas de desarrollo endógenas pautadas por el Ministerio de la Planificación y Desarrollo, a los cuales se les denominarán Lanceros.
La población -agregó Celis- se organizará en asociaciones productivas liberadoras para estimular el fortalecimiento de las cadenas productivas, tanto las agrícolas -en todos sus rubros- como las industriales, incluyendo aluminio, plástico, metalmecánico, textil-confección y turismo entre otros.
Comentó que de esta manera además de crear nuevas empresas, se estará garantizando el autosostenimiento y abastecimiento de las nuevas zonas estratégicas en las regiones más deprimidas.
«Se espera que ese desarrollo productivo basado en las empresas cooperativas y el crecimiento de asociaciones -por ejemplo de servicios turísticos, agrícolas y de mantenimiento- puedan captar grandes cantidades de recursos humanos», dijo.
Celis indicó que una de las zonas claves en este momento es el conformado por las poblaciones de Cabruta, San Fernando y Cararabo para la creación de un eje agroindustrial basado en la cadena textil-confección aprovechando principalmente el gran potencial de siembra de algodón que tiene el país en las Vegas del Orinoco.
Con lo cual se estaría proveyendo de materia prima nacional a la industria local de la confección.
Igualmente, Sunacoop tiene el propósito de estimular la conformación de cooperativas de servicio y manejo de actividades ligadas al turismo de selva, ecológico y de aventura, promovidos por los mismos pobladores de las zonas aptas para estas actividades.
Vigilantes del oro negro
En el área petrolera, Celis reveló que luego de la experiencia vivida durante el paro de la industria, se detectó la necesidad de crear varias asociaciones cooperativas que brinden apoyo al sector. Explicó que se trata de organizar a la población que habita entre la refinería de El Palito, en el estado Carabobo, y las demás instalaciones petroleras hasta llegar al estado Barinas, para garantizar la seguridad, mantenimiento y desarrollo de esos centros claves para el país, a fin de evitar cualquier sabotaje a las operaciones de las plantas de refinación y procesamiento de derivados del crudo.
"Se trata de crear cooperativas integrales de mantenimiento con la industria petrolera. Es decir que no sólo garanticen el mantenimiento de las áreas adyacentes a las plantas petroleras y a los oleoductos, sino que también sirvan como una gran red de servicio de vigilancia. Estas asociaciones, a su vez, se constituirán en granjas productivas mediante las cuales se proveerá de recursos alimenticios a los poblados más pobres", expresó.
Augusto Celis informó que la industria petrolera será la encargada de aportar la capacitación a los cooperativistas y otorgar financiamiento a través de un fondo especial que administra actualmente la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP).
La meta de este año es el nacimiento de 100 granjas cooperativas integrales a lo largo del eje Carabobo (Refinería de El Palito)- Barinas.
También se desarrolla un programa similar con las empresas hidroeléctricas -CVG-Electricidad del Caroní, Cadafe y sus filiales- y las hídricas, para proporcionar a través de las cooperativas servicios de mantenimiento a las respectivas instalaciones.
Conglomerado industrial
El año pasado el Ejecutivo creó mediante decreto Venezolana Industrial, Sociedad Anónima (Veninsa), una empresa del Estado que servirá para apoyar financiera y técnicamente a otras industrias y cooperativas de desarrollo.
Veninsa opera con un capital promedio de 30 millardos de bolívares para promover las alianzas estratégicas entre empleados y empresarios para reactivar 500 fábricas que quebraron por la crisis bancaria y que están en manos de Fogade.
Este proyecto consiste en la organización de trabajadores en cooperativas para poder reactivar aquellas empresas que cerraron y que en su momento no cancelaron los pasivos laborales que mantenían.
Hay una larga lista de empresas que están en esa situación porque perdieron mercado o porque cerraron en forma fraudulenta. En tal sentido, Veninsa capitalizará, inyectará recursos y tendrá acciones de otras empresas en el área agroalimentaria y de otros servicios. Será una empresa que servirá para expresar la propiedad estatal sobre la nueva economía social.
Hasta el momento, esta empresa del Estado ha estado actuando con bajo perfil. Sin embargo, se espera su despegue este año, para que al fin se integre a los planes de desarrollo endógeno.
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