Volver a Venezuela un país libre de transgénicos y convertirlo en sede del banco de semillas criollas de América Latina. Estas fueron algunas de las propuestas discutidas entre los movimientos campesinos y el ministro de relaciones exteriores venezolano, Jesús Arnaldo Pérez, en el IV Congreso Internacional de la Vía Campesina, que del 14 al 19 de junio, reunió a más de 400 agricultores de 68 países de todos los continentes en Itaici (San Pablo).
En reunión con líderes de la Vía Campesina, Pérez discutió la posibilidad de fortalecer el trabajo del movimiento campesino en Venezuela, para lograr la creación de una escuela de formación, al estilo de la fundada por los Movimientos de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST).
Además dijo, el trabajo de rescate y preservación de las semillas criollas, realizado por agricultores de todo el mundo, podría ser canalizado en un banco de semillas en Venezuela. “La proxima semana habrá una reunión entre la comisión venezolana y dirigentes de Vía Campesina en Caracas, para discutir el proyecto”, afirmó Maximilien Arveláez, asesor de Relaciones Internacionales de la Presidencia.
Para Vía Campesina el apoyo de un gobierno nacional en la lucha contra los transgénicos es un refuerzo fundamental a las presiones en el interior de las instituciones multilaterales, las cuales tienen un profundo interés en dominar la biodiversidad de los países del Sur.
“Es cierto que vemos a Venezuela, y aún a Brasil como compañeros potenciales en la lucha contra los organismos genéticamente modificados. Las negociaciones con los gobiernos también son parte de nuestras estrategias, y en esto ya tenemos a 22 estados en países europeos que se han declarado libres de transgénicos” afirma el dirigente de la organización en Europa, Paul Nicholson.
Si se hace efectivo el intercambio entre los agricultores brasileños y venezolanos, los riesgos de introducción de semillas transgénicas en los cultivos venezolanos, puede ser minimizado, ya que tiene a favor al presidente Hugo Chávez, que en Abril pasado prohibió el cultivo de transgénicos en el país. El veto es hasta ahora verbal, el Ministerio de Ciencia y Tecnología trabaja todavía en un proyecto de ley para reglamentar la prohibición.
En el caso de la contaminación de parte de la soya en Brasil, el gobierno Federal del entonces presidente Fernando Henrique Cardoso, sucumbió a los intereses de las transnacionales y no impidió el cultivo de las semillas modificadas. Con un discurso dónde la soya transgénica era más rentable, los agricultores brasileños del Estado de Río Grande del Sur cultivaron la soya transgénica contrabandeada de Argentina, y en menos de dos zafras ya están comprobando lo que la propaganda del agronegocio no explica: pago de royalties, rechazo del mercado mundial, con el veto de China, a las importaciones de soya, y contaminación del medio ambiente con la aplicación del agrotóxico a base de glifosato.
Vía Campesina vs. FAO
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), camina a su vez a contramano en la que se refiere a protección a la agricultura familiar y a los campesinos. En su último informe sobre el hambre en el mundo, la FAO defendió la protección de los organismos genéticamente modificados, como mecanismo de desarrollo de la agricultura mundial.
De acuerdo a los datos de la propia FAO, el hambre en el mundo no es provocado por la escasez de alimentos, sino por la falta de acceso a ellos. En todo el mundo se produce diariamente mas de dos quilos de alimento por persona, mientras tanto más de la mitad de la población del planeta sufre con problemas como el hambre y la desnutrición.
“La FAO afirma, en su carta de fundación, que entre sus funciones está el incentivo a la pequeña agricultura y el combate al hambre. En los últimos cinco años el número de personas en desnutrición grave pasó de 800 a 1000 millones. Cuando aceptó los organismos genéticamente modificados como instrumento de combate contra el hambre, pasó a la condición de adversaria a nuestras luchas, así como la Organización Mundial de Comercio” dice Rafael Alegría, secretario general de Vía Campesina.
Para Paul Nicholson, desde la creación de las Naciones Unidas “que prometían resolver los grandes males del planeta”, como la pobreza y la desnutrición, las condiciones de vida de la población mundial empeoraron, inclusive porque la ONU se transformó en un organismo de defensa de los grandes capitales.
Por canalizar la resistencia de los movimientos campesinos al neoliberalismo y sus vertientes en el agro, la Vía Campesina nunca formalizó relaciones institucionales con las Naciones Unidas, justamente por no considerarla independiente. “Lo que existe es una cierta simpatía a la existencia y al papel de la Organización Internacional del Trabajo (OIT, que cuenta con la participación de los sindicatos de trabajadores) y un estrecho trabajo con la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en la denuncia de la represión y la criminalización sufrida por los movimientos campesinos” explica Nicholson.
La relación de Vía Campesina con la ONU y sus instituciones debe considerar que “las Naciones Unidas son gobierno, y simplemente debe negársele el derecho a hablar en nombre de los pueblos” advierte João Pedro Stédile, de la coordinación nacional del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST). Sobretodo, dice Stédile, no se puede permitir que la organización invite a algunas organizaciones no gubernamentales para el debate, y diga que está conversando con la sociedad civil
Informaciones de la Agencia Carta Maior
Declaración de la IV Conferencia Internacional de Via Campesina
Itaici, São Paulo, 14 al 19 de junio de 2004
Nosotros, la Vía Campesina, un movimiento mundial de organizaciones de mujeres rurales, campesinos, campesinas, pequeños agricultores y agricultoras, trabajadores y trabajadoras del campo, pueblos indígenas y afrodescendientes, de Asia, Europa, América y Africa, nos reunimos en Itaici, Brasil, del 14 al 19 de junio de 2004, en nuestra IV Conferencia Internacional. Fuimos recibidos de manera calurosa, fraternal y combativa por nuestros anfitriones, las organizaciones miembros de Vía Campesina en Brasil.
Nos reunimos para reafirmar nuestra determinación de defender nuestras culturas y nuestro derecho a continuar existiendo como campesinos y pueblos con identidad propia. Somos más de 400 delegados y delegadas de 76 países, representando millones de familias campesinas Tuvimos la alegría de acoger la Segunda Asamblea Mundial de Mujeres y a la Primera Asamblea Mundial de Jóvenes de Via Campesina, que resalta nuestro compromiso a seguir nuestras luchas en las generaciones por venir. Contamos también con la participación de más de 40 organizaciones que se incorporaron a Via Campesina durante esta conferencia y de los miembros de más de 80 organizaciones de la sociedad civil amigas.
La IV Conferencia Internacional hizo una revisión de nuestra historia, desde nuestras primeras intenciones de organizarnos hasta la actualidad. Quedo claro que desde un principio estamos en oposición total al modelo neoliberal, que mata y destruye culturas, pueblos y familias campesinas en el mundo entero. Hemos visto cómo nuestras organizaciones y nuestro movimiento han crecido, se han fortalecido y han logrado poner el movimiento campesino en el centro de las luchas populares. Via Campesina fue protagonista principal de las movilizaciones populares en Cancún, donde una semana continua de protestas y el sacrificio del compañero de Corea Lee Kyuong-Hae, quien ofreció su vida a los campesinos del mundo para mantener viva la decisión de lucha y rechazo absoluto a la OMC, le provocó a la OMC una gran derrota.
Junto con nuestras luchas y el fortalecimiento de nuestro movimiento, también hemos visto cómo el modelo económico que sufrimos sigue siendo impuesto sin escrúpulo alguno. Desde nuestra última Conferencia, podemos constatar:
– Que las familias campesinas siguen desapareciendo de manera alarmante. Cada minuto que pasa, las políticas agrícolas y el modelo de agricultura industrial determinan la desaparición de una explotación campesina en la Unión Europea ampliada; la situación es igualmente dramática en Canadá y Estados Unidos. En Africa, Asia, el Caribe y América Latina, son causas adicionales de destrucción de campesinos la represión, los desplazamientos masivos y forzados, así como las guerras cubiertas o encubiertas. El suicidio de campesinos es una tragedia en aumento en algunas regiones
– Que han aumentado de manera dramática las migraciones forzadas por la guerra y las provocadas por la miseria, la concentración de la tierra y la destrucción del medio ambiente
– Que el papel de guardianes del capital que cumplen desde su inicio el FMI, el BM y la OMC está siendo igualmente asumido por organismos de Naciones Unidas, como la UNCTAD y la FAO.
– Que los tratados de libre comercio se han multiplicado y junto a otros acuerdos internacionales están imponiendo aparatos jurídicos que han destruído principios básicos de protección a los derechos
humanos y sociales, y que sólo aseguran las condiciones para maximizar las ganancias de las empresas transnacionales.
– Que es extremadamente alarmante cómo han aumentado las violaciones sistemáticas a los derechos humanos, se ha legalizado la guerra contra los pueblos, se ha criminalizado la protesta y la movilización social y se busca imponer la criminalización de la vida campesina y de los pueblos indígenas, así como el uso creciente de la represión preventiva.
– Que las mujeres y los jóvenes siguen siendo los marginados entre los marginados, y que están crecientemente sujetos a condiciones de violencia criminal. Que son ellas y ellos también las víctimas principales de los procesos de privatización de los servicios básicos, de la concentración de la tierra, de la destrucción de mercados locales y de las formas locales de alimentación y agricultura, así como de la explotación y el trabajo esclavo que imponen las transnacionales.
Reafirmamos que la permanencia de la agricultura campesina es fundamental para la eliminación de la pobreza, el hambre, el desempleo y la marginación. Estamos convencidos que la agricultura campesina es pieza fundamental de la soberanía alimentaria, y la soberanía alimentaria es un proceso imprescindible para la existencia de la agricultura campesina. Y no habrá autonomía ni agricultura campesina si no mantenemos nuestras propias semillas.
Daremos especial prioridad al derecho de los campesinos del mundo entero a exigir políticas públicas al servicio de una agricultura campesina sustentable. Seguiremos nuestra lucha por una auténtica Reforma Agraria, la defensa de nuestras semillas y la soberanía alimentaria.
Nos oponemos totalmente a los cultivos transgénicos y los combatiremos en cada lugar. Denunciamos y repudiamos el reciente informe de la FAO, titulado "Biotechnology, addressing the needs of the poor?", que sólo busca legitimar la imposición de cultivos transgénicos y la utilización de la tecnología de la muerte -las semillas Terminator o semillas estériles- con el solo fin de garantizar las ganancias de las grandes transnacionales de la agricultura.
Reafirmamos nuestra total oposición al neoliberalismo y a las políticas de la OMC, el BM y el FMI. Rechazamos totalmente su instrumento más activo en los últimos tiempos: los tratados bilaterales de libre comercio. Rechazamos el uso de la guerra como arma económica y política y a luchar por la paz en todos los países.
Nos hemos comprometido a luchar contra el sistema patriarcal que sólo acentúa las aberraciones del capitalismo. Dentro de Via Campesina, trabajaremos duro por convertir la paridad de género que ya logramos en un auténtico cambio de las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Adquirimos el nuevo compromiso de impulsar la lucha por los Derechos Humanos y Campesinos. Desarrollaremos desde las organizaciones campesinas una Carta Internacional de los Derechos Campesinos.
Es también un nuevo compromiso luchar contra las causas de la migración y sus efectos destructivos. Exigiremos el mejoramiento y cumplimiento estricto de los tratados de la OIT en relación a los trabajadores agrícolas. Desarrollaremos un esfuerzo compartido de educación política
a todo nivel.
Llamamos a los movimientos sociales a unirse a las acciones más inmediatas decididas por esta Conferencia: del 19 al 24 de julio de 2004 desarrollaremos una Semana de Lucha Contra la OMC y las Transnacionales. Hemos establecido el 10 de septiembre como el día de las luchas contra la OMC. Este ano nos comprometemos a llevar al pueblo a las calles, especialmente en Seúl, a rendir homenaje al compañero Lee en una jornada de movilización por la soberanía alimentaria. El 25 de noviembre, día internacional de lucha contra la violencia hacia las mujeres, impulsaremos un conjunto de acciones coordinadas. Del 4 al 8 de diciembre de 2004 desarrollaremos nuestra conferencia por la Reforma Agraria. Llamamos a las organizaciones sociales a mantenerse movilizadas para impedir la reunión ministerial de la OMC en Hongkong en julio de 2005
Todos los participantes en la IV Conferencia de Via Campesina nos comprometemos a seguir luchando por el bienestar y la dignidad de nuestros pueblos, Articularemos todas las luchas y construcciones, desde lo local a lo global, creando nuevas formas de alianzas que nos den mayor fuerza para exigir el respeto y protección de nuestros
derechos y nuestras culturas.
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