La Unión Europea y el Mercosur decidieron trabajar en ritmo de esfuerzo concentrado para la conclusión del acuerdo de libre comercio entre los dos bloques dentro del plazo programado.
Especialistas de los dos bloques se reunirán, el próximo lunes 20, para presentar ofertas completas de cada lado y, después de un mes, habrá una reunión ministerial para evaluar lo que fue negociado. La firma del acuerdo será el 31 de octubre. El ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, dijo que la intención es terminar las negociaciones dentro del plazo estipulado.
Tras reunión con el comisario europeo para políticas comerciales, Pascal Lamy, ayer en Brasilia, Amorim admitió que hay dificultades de ambos lados en la mesa de negociación, pero consideró con el viaje de Lamy a Brasil el reconocimiento de la importancia del tema.
"La reunión fue productiva", afirmó el canciller. La Unión Europea quiere más espacio para invertir en el mercado de los países del Cono Sur en igualdad con operadores locales, en los sectores de servicios de telecomunicaciones, transporte marítimo y bancos, además de participación de empresas europeas en licitaciones de compras públicas.
El Mercosur a su vez reivindica mayor acceso al mercado europeo para los productos en que es más competitivo, como carne, alcohol combustible, pollo y plátano. El interés del bloque americano es aumentar las cuotas de exportación, con reducción arancelaria.
El ministro Celso Amorim, informó que habrá reuniones técnicas en Bruselas con el objetivo de aclarar los puntos esenciales del proceso de negociación. Lamy dijo que las negociaciones UE/Mercosur son vistas como prioridad en el bloque europeo y consideró que la reunión de hoy, realizada a su pedido, significó un avance con relación al acuerdo. "Claro que todavía hay mucho trabajo por delante, pero creo que avanzamos mucho".
Lamy recordó que la reunión en Brasilia no fue para discutir detalles técnicos e hizo cuestión de decir que esa atribución es del equipo técnico. La intención, advirtió el comisario, fue definir una agenda para intentar cumplir el plazo arreglado anteriormente. "Estamos trabajando con el espíritu de que hay un plazo final, un dead-line, pero también sabiendo que hay tiranía en ese plazo", afirmó.
El comisario europeo registró todavía que el hecho de que el final de su mandato coincida con la fecha de la reunión para la firma del acuerdo no pone en riesgo las negociaciones.
Publicado en Revista Quantum N.32
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