El día 29 se realizó en Ciudad Guayana, en el Estado Bolívar (Venezuela) la cumbre entre los presidentes Hugo Chávez de Venezuela, Luis Inacio Lula Da Silva de Brasil, Alvaro Uribe de Colombia y el Jefe del Gobierno Español José Luis Rodríguez Zapatero.

Esta reunión, programada en principio para el día 21 por el presidente Lula con el objetivo de resolver definitivamente los desacuerdos entre los gobiernos de Venezuela y Colombia, originados por el secuestro del dirigente de las FARC Rodrigo Granda en Caracas, fue cambiada de fecha para incluir en ella a Rodríguez Zapatero, cuya visita a Venezuela estaba programada para unos días después.

Con una agenda abierta, que finalmente se concretó en la misma reunión alrededor de temas centrales como la paz, la justicia social a través de la lucha contra la pobreza y la exclusión, la integración como vía imprescindible para el desarrollo de nuestros pueblos y el papel que puede jugar España en la inserción de Latinoamérica en el nuevo mapa geopolítico global, los cuatro presidentes mantuvieron en público un intercambio de opiniones que se caracterizó por la espontaneidad y la franqueza.

En las exposiciones iniciales quedó claro que para todos ellos la integración latinoamericana se ha convertido en una necesidad inmediata para lograr los objetivos de bienestar común. Dentro del tema el presidente Lula dijo que la confianza es una condición imprescindible y que esta confianza se está logrando entre los distintos gobernantes. Rodríguez Zapatero aclaró que la integración Latinomericana es un derecho y algo merecido para nuestros pueblos, y que España y su gobierno apoyarán su concreción. El presidente Alvaro Uribe explicó que esta integración parte de hechos concretos, como la unión de las vías terrestres y fluviales, la construcción de poliductos comunes y la integración energética.

Fue común el consenso en que la lucha contra la pobreza es una prioridad de Latinoamérica y cada uno de los presidentes expresó su aporte y su visión en los modos prácticos de afrontarla.

Igualmente, en todas las exposiciones se dejó claro que sólo en una situación de paz, tanto interna como entre nuestros distintos países, podrán afrontarse los retos necesarios y que todos los esfuerzos para lograrla son apoyados por todos.

Tanto en las exposiciones previas como en la conferencia de prensa posterior fueron además abordados con claridad temas que se afirmaba iban a obviarse por polémicos: la venta de corbetas patrulleras y aviones a Venezuela por parte de España, la campaña internacional de descrédito orientada contra el gobierno venezolano, las tensas relaciones entre el gobierno venezolano y el de los Estados Unidos y las posiciones respecto a la lucha contra el terrorismo.

En estos temas los presidentes no vacilaron en manifestar posiciones de aclaratoria y consenso. Respecto a la venta de armas, el presidente Chávez defendió la legitimidad de las compras del gobierno venezolano, la soberanía del Estado para realizarlas y ejemplificó como esas armas tienen también un papel importante en la lucha contra el narcotráfico y en el combate a los problemas sociales.
“Por ejemplo, hoy hay helicópteros venezolanos bombardeando con agua un incendio en Centroamérica y los navíos de guerra venezolanos están navegando el Caribe llevando materiales y maquinarias a países que han sufrido la devastación de huracanes” dijo. El presidente del gobierno español Rodríguez Zapatero explicó también la normalidad de la negociación, así como el derecho de los estados a velar por la seguridad y defensa de sus territorios.

El presidente Lula dejó claro en su exposición, como el gobierno de Brasil no está dispuesto a permitir la difamación de ningún “compañero”, en referencia clara a la campaña mediática contra Venezuela.

Chávez habló de las relaciones con los Estados Unidos, reafirmó nuevamente la posición del gobierno venezolano, que ha visto con mucho interés las últimas declaraciones de la Secretaria de Estado Condoleezza Rice y explicó que no está en la intención de Venezuela mantener un conflicto con el país del Norte.

Fue reafirmada por parte de los cuatro una posición de lucha contra el terrorismo, y de cómo sólo la paz en nuestro continente puede permitir la lucha contra la pobreza y por la justicia social.

La importancia geopolítica de esta cumbre, avalada por los acuerdos concretos establecidos y por la declaración conjunta firmada por los presidentes parece obvia, parte del nuevo reordenamiento global, sobre todo del nuevo rol de Latinoamérica en el contexto planetario y de la posición de España de ser la palanca en Europa para nuestro continente.

Sin embargo curiosamente, las cadenas internacionales de noticias han obviado el acontecimiento, al mismo tiempo que hacen pública la noticia de que el presidente Bush, en llamada telefónica al presidente argentino Néstor Kischner, le comunicó su preocupación "por la situación de Venezuela".