La audiencia del director de la CIA, John Brennan, ante la Comisión del Senado de Estados Unidos para los servicios de inteligencia, el 29 de enero de 2014, estuvo marcada por una serie de duros intercambios entre este responsable y varios senadores demócratas.

Estos últimos reclamaban el derecho a publicar integralmente el informe de 6 300 páginas que redactaron en 2012 sobre el uso de la tortura bajo la administración de George W. Bush [1]. Como ya informó en su momento la Red Voltaire, entre los aspectos más escandalosos que la comisión logró comprobar se encuentra el hecho que los verdugos del gobierno estadounidense torturaron a más de 80 000 personas y que muy altos dirigentes de Washington estuvieron implicados en el uso de la tortura [2].

Durante la mencionada audiencia, el actual director de la CIA reafirmó su oposición a la publicación del informe senatorial sobre la tortura afirmando que este contiene interpretaciones erróneas.