El objetivo político de la movilización campesina se cumplió porque "se abrió la posibilidad de debatir una propuesta de seguridad alimentaria para Bogotá desde la perspectiva de las organizaciones campesinas y comunales de la región centro", afirmó Jesús Aníbal Suárez, coordinador del tema agrario en el Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos (ILSA). Además, Suárez explicó el porqué se había escogido la Plazoleta para realizar el Mercado Campesino: "para llamar la atención de los concejales sobre la necesidad de propiciar escenarios de interlocución con la administración Distrital, con el fin de que se valore la importancia de la población campesina y se reconozca su aporte al desarrollo económico de la región y a la sostenibilidad alimentaría de la ciudad".

El Concejo atendió el llamado de las organizaciones campesinas y comunales y levantó la sesión que se desarrollaba en ese momento, al tiempo que nombró una comisión de 13 concejales para que asistiera al Mercado Campesino. Los concejales se sumaron a las 5000 personas que pasearon, comieron y disfrutaron de los alimentos y de las actividades artísticas que se desarrollaron en la Plazoleta.

De mercado en la Plazoleta

Desde las siete de la mañana los campesinos empezaron a llegar con una variada oferta de productos alimenticios a la Plazoleta. Unos instalaron pequeñas carpas y acomodaron vegetales, frutas, carnes, lácteos, dulces, tortas y postres en mesas y cajones dispuestos para la venta; otros prendieron sus fogones para asar arepas, chorizos y chuzos; y los demás organizaron sus artesanías y flores al aire libre.

La leche de cabra de Fúquene, la quinua de Suesca, el arequipe de frutas y verduras de Sibaté, el champú y los regeneradores naturales de la Mesa, la "fritanga" de Cáqueza, las plantas medicinales de Tocancipá y la miel y el polen de la Fundación San Isidro de Duitama fueron, entre otros los centenares de productos, los que más despertaron el interés entre los visitantes al Mercado.

"¿Conocen la quinua? Es lo mejor que existe porque puede reemplazar la carne, la leche y los huevos; mire todos los nutrientes que tiene... mejor dicho esto es una bendición", de esta manera Soledad Rueda, una campesina del municipio de Suesca, Cundinamarca se dirigía a los visitantes que hacían un corrillo para conocer los productos derivados de la quinua como galletas, arequipes, dulces, harinas, chocoquinua y cereal multigranos. Entre tanto, una señora de tercera edad, quien atendía a la explicación, preguntó por el precio de la quinua y al responder Soledad que costaba 4.000 pesos la libra ella contestó: "muy bueno y todo, pero pal’ pobre ni modos". Como ella, en Bogotá hay más de 3’000.000 de pobres y de ellos 1’200.000 están en la indigencia, es decir que los ingresos de sus hogares no alcanzan para la compra de los alimentos básicos, sin tener en cuenta los otros gastos.

Soledad al igual que los otros campesinos participantes en el Mercado tuvo claro su papel y los propósitos que buscaba con dicha actividad. Al preguntarle sobre cómo podría contribuir a solucionar el problema del hambre en Bogotá ella contestó: "la quinua se puede utilizar de mil formas, desde un pan hasta una sopa, postre o tetero. Si nosotros logramos que la gente la consuma habría mucho más producción en el país y el costo se abarataría. Además por la cantidad de bondades nutricionales que tiene le sirve al niño desnutrido, al joven deportista, al adulto y al anciano".

Así mismo, Alfredo Cañón Pachón, un campesino de Fúquene Cundinamarca se trajo dos cabras para vender la leche recién ordeñada y explicó al público las bondades medicinales de la leche: "es buena para la artritis y el azúcar en la sangre, todas esas cosas las nivela". Además aclaró la importancia de su participación en el Mercado: "nosotros participamos por lo que tal vez vamos a dar precios cómodos, lo real. Hay mucha gente, muchos intermediarios que vienen, compran y venden, entonces ellos se están ganando la mitad de lo que vale el producto. Nosotros quisiéramos que el gobierno pusiera centros de acopio para vender nosotros mismos directamente los productos".

Por otra parte, los campesinos que hacen parte de la Fundación San Isidro de Boyacá vendieron maíz, envueltos de tres puntas, queso, pollo campesino, tamales, arepa de chócolo, polen de abejas, arequipe de ahuyama y productos orgánicos como panela, fríjol, café, hortalizas y aromáticas. Irene Fonseca de Paipa, Boyacá comentó que participaba en el Mercado porque: "es una prueba de que los campesinos también podemos abastecer esta necesidad de mercado que tiene Bogotá. Además, les traemos comida sana y de excelente calidad, sin nada de agroquímicos".

El Mercado Campesino transcurrió entre la venta de alimentos y artesanías, el intercambio de recetas culinarias y recomendaciones medicinales y la muestra cultural y artística de las organizaciones campesinas, de desplazados y de afrocolombianos. La Corporación Colombiana de Teatro, la Fundación San Isidro, Afrodes y las tunas y bandas de Agua de Dios y Tocancipá fueron quienes desarrollaron dicha actividad cultural.

A las cuatro de la tarde, los campesinos recogieron sus cosas y se marcharon con los bolsillos llenos no solamente con las ganancias del día, sino también, con la satisfacción de haber logrado el objetivo político de su movilización.

¿Cuáles son los antecedentes?

Es necesario realizar una mirada a los antecedentes de este segundo Mercado Campesino para comprender que las organizaciones campesinas han venido trabajando desde el año 2002 en diversas actividades para articular los diferentes intereses del campesinado, en función de una propuesta alternativa de política pública agraria. El conjunto de las organizaciones campesinas nacionales, de indígenas y afrocolombianas en su Congreso Nacional de abril de 2003 y en el Mandato Agrario(1), reclamaron el reconocimiento político del campesinado, que le permitiera a este sector contribuir en la solución de la profunda crisis que vive el campo colombiano.

En julio de 2004 se realizó el Encuentro taller sobre el tema agroalimentario para Bogotá con la participación de las organizaciones campesinas de Cundinamarca y de los departamentos vecinos. Allí, se conformó la Comisión de Interlocución con el propósito de propiciar escenarios de discusión y concertación con la administración Distrital sobre el Plan Maestro de Abastecimiento para la ciudad y el programa de "Bogotá sin hambre".

En este sentido se desarrolló el primer Mercado Campesino, el 4 de noviembre de 2004 en la Plaza de Bolívar de Bogotá con la participación de cerca de 53 municipios de los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta. Los campesinos presentaron a la administración Distrital el documento: "Lineamientos estratégicos para una política pública agroalimentaria para Bogotá y comentarios al Plan Maestro de Abastecimiento propuesto para la ciudad". Sin embargo, aún no ha habido respuesta del gobierno Distrital. Por lo tanto, se planteó la realización del segundo Mercado Campesino en la Plazoleta del Concejo Distrital para el mes de marzo de 2005 con el fin de abrir espacios de discusión en el Concejo y poder plantear las propuestas que tienen las organizaciones campesinas frente al sistema alimentario actual.

¿Qué proponen los campesinos?

La Comisión de Interlocución sintetiza las propuestas de la siguiente manera: "las propuestas de las organizaciones campesinas están orientadas a disminuir el precio de los alimentos, el cual puede darse por diferentes vías: estimular la producción agraria de la región y ponerle frenos a la alta intermediación, la cual está dada en el proceso de comercialización. Se propone vías más expeditas para que los productos del campo lleguen de una manera más directa al consumidor".

Conscientes del papel esencial que cumple la economía campesina para abastecer de alimentos a Bogotá, los campesinos proponen los siguientes planteamientos: garantizar a los productores y consumidores el acceso a una información completa sobre los precios de los alimentos a todo lo largo de la cadena que los conforman; apoyar las redes populares alternativas de abastecimiento como los mercados campesinos; fortalecer las plazas de mercado como centros económicos y culturales; regulación y control estatal a Corabastos y a los centros de acopio y distribución existentes; participación de los productores de la región y en particular de los productores familiares campesinos y comunidades étnicas en la dirección y gestión de Corabastos; y fomentar la industrialización agroalimentaria en Bogotá.

Además, con el objetivo de fundamentar técnicamente estas propuestas populares, Diego Yepes, Jairo Duarte y la nutricionista Zulma Fonseca, consultores de ILSA, elaboraron un documento para dar a conocer a la opinión pública las características del consumo de alimentos de los bogotanos y recomendar la canasta básica de alimentos con los requisitos nutricionales para satisfacer las necesidades de dicha población.

Entre tanto, el próximo 19 de abril en el Concejo de Bogotá, los campesinos tendrán la posibilidad de participar en el debate sobre el Plan Maestro de Abastecimiento de Alimentos para la ciudad. Se pretende que además de que el Concejo escuche sus propuestas, las viabilice y se abra el camino de construir una política que garantice la seguridad alimentaria de la población bogotana, aprovechando las relaciones establecidas por los numerosos actores que intervienen en el sistema alimentario actual, utilizando sus potencialidades y corrigiendo las graves fallas existentes.


(1) El Mandato Agrario es el documento de conclusión del Congreso Nacional Agrario de 2003.