Del primero al siete de abril pasó por Colombia una marcha de relevos que está recorriendo 53 países con una manta y una carta que se refiere al mundo que las mujeres le proponen a la humanidad. Durante estos siete días, la presencia en el país de la Carta Mundial de las Mujeres para la Humanidad fue motivo de vigilias, movilizaciones, eventos culturales, políticos y de reflexión sobre la situación, las necesidades y los intereses de las colombianas.

La Carta Mundial fue aprobada el 10 de diciembre de 2004, en el IV Encuentro de la Marcha Mundial de las Mujeres, en Kigali (Rwanda) y el pasado 8 de marzo en Sao Paulo (Brasil), inició su recorrido. Así mismo, este documento está siendo acompañado por una manta elaborada, retazo por retazo, por mujeres de cada uno de los 53 países visitados.
La Carta Mundial de las Mujeres para la Humanidad desarrolla 31 afirmaciones tendientes a garantizar un planeta con igualdad, libertad, solidaridad, justicia y paz. De esta manera, pretende ser un instrumento de incidencia frente a los diferentes Estados y organismos internacionales con poder de decisión sobre las acciones, la normatividad mundial y las políticas públicas contra la pobreza y la violencia que las afecta especialmente a ellas.

El viernes primero de abril más de tres mil mujeres se reunieron en el Puente de Rumichaca, en la frontera colombo-ecuatoriana, para celebrar la llegada de la Carta a Colombia y acompañar este documento con una marcha que durante tres horas ocupó la Vía Panamericana, hasta Ipiales. Marcharon campesinas, indígenas, educadoras, estudiantes, líderes populares, representantes de Juntas de Acción Comunal, vendedoras ambulantes y activistas de organizaciones y grupos de mujeres provenientes de diferentes regiones del país, especialmente de Nariño, Cauca, Valle y Bogotá. Ellas lanzaron consignas que reivindicaban los derechos humanos, la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, y los cinco principios tratados por la Carta: igualdad, libertad, solidaridad, justicia y paz. Así mismo, las marchantes denunciaron los asesinatos, desplazamientos y atropellos que se comenten contra las poblaciones más vulnerables de Colombia.

En el Parque 20 de Julio, en Ipiales, un acto protocolario de recibimiento de la Carta Mundial contó con la presencia de los gobernadores Angelino Garzón, del Valle y Juan José Chaux Mosquera, del Cauca; Luís Fernando Villota, alcalde de Ipiales y representantes de la Defensoría del Pueblo, del Comité Permanente de los Derechos Humanos, concejales de Pasto y líderes sociales, sindicales y políticos y mujeres colombianas y ecuatorianas de diversas organizaciones indígenas, campesinas y populares.

Entre las diversas intervenciones se destacaron las de las líderes ecuatorianas Doris Trujillo y Blanca Chancoso, quienes manifestaron su preocupación por la militarización y el autoritarismo en los pueblos del Ecuador y Colombia, y por los efectos del Plan Colombia. Igualmente, ellas se mostraron contra instrumentos económicos como el TLC. Sobre el caso ecuatoriano, ellas señalaron la "Ley Topo" o "Ley Combo" como un nuevo paso sobre el camino de las privatizaciones y del dominio del mercado que atenta contra los derechos básicos de la salud, la educación y la seguridad social.

Al entregar la Carta a las colombianas, una de las representantes ecuatorianas se refirió a la necesidad de emprender la propuesta de las mujeres: "En Ecuador compartimos el anhelo y las luchas para construir un mundo distinto. Uno de los pilares para levantar esta realidad diferente en el país son los aportes de las mujeres para sostener la vida: hemos cuidado a generaciones de gente; hemos aportado con conocimientos clave en biodiversidad y agricultura y los hemos preservado; hemos sostenido comunidades y redes sociales, que permiten mejorar las condiciones de vida en el medio rural y en el medio urbano. Revalorizar, defender, compartir el trabajo contenido en estos aportes es uno de los cambios urgentes que hoy proponemos".

En las intervenciones colombianas, la líder campesina Gilma Benítez señaló la importancia política que tiene la Carta y la Manta en el país: "Es un momento histórico para nosotras las mujeres. La carta representa el compromiso y la voluntad política de las mujeres para construir un mundo más justo y más humano para todos y todas". Por su parte, la lider Nelly Velandia advirtió que "la Carta y la Manta representan la diversidad de las mujeres en el mundo y sobre todo, para las colombianas es la posibilidad de denunciar las situaciones que enfrentamos las mujeres en la guerra y la agudización de la pobreza".

El martes cinco de abril, la Carta Mundial de las Mujeres para la Humanidad fue leída en Bogotá, como parte de la programación de una serie de vigilias políticas nacionales e internacionales, a favor de un acuerdo humanitario y una solución política negociada del conflicto armado colombiano y, asimismo, contra la creciente militarización de la vida civil, y contra la manera como el gobierno ha venido negociando y proyectando el TLC.

Vigilias similares ocurrieron en once ciudades colombianas y en varios países como España, Venezuela, Brasil y México donde se llevaron a cabo actividades especiales y actos políticos de denuncia sobre la crisis humanitaria que afronta Colombia. Algunas de las vigilias internacionales enfatizaron en denunciar la situación de las colombianas. La vigilia brasileña, por ejemplo, contó con la convocatoria de las principales organizaciones sociales feministas de ese país, quienes llamaron a la solidaridad con Colombia y a la denuncia de la violencia que afrontan las mujeres de nuestro país.

Según afirmaron las feministas brasileñas en una rueda de prensa en la Cámara Municipal de Sao Paulo, anunciando la vigilia y denunciando la situación de las mujeres en Colombia: "No exageramos en afirmar que las mujeres son las que más sufren el conflicto armado. Diariamente, madres, mujeres, hermanas y abuelas pierden a sus familiares, son obligadas a abandonar sus casas y se ven como objetivo militar de los más crueles crímenes de guerra: la violencia contra las mujeres es usada para marcar territorios. Las mujeres líderes de las comunidades son aún más vulnerables frente a las presiones y frente al terrorismo de Estado. En un país donde el 75% de la población es pobre e indigente, las colombianas se niegan a seguir calladas".

El pasado siete de abril, una delegación de colombianas viajó hasta Haití, para entregar a las mujeres de ese país, la manta y la Carta Mundial de las Mujeres para la Humanidad. Posteriormente, la carta y la manta pasarán a Cuba y de ahí continuarán su recorrido hasta llegar a Burkina Faso, el 17 de octubre de 2005, país africano que fue destinado como punto de llegada por ser uno de los lugares del mundo donde las mujeres afrontan mayores índices y formas de violencia y de pobreza.


¿Qué es la Marcha Mundial de Mujeres?

La Marcha Mundial de las Mujeres es un organismo internacional que reúne miles de organizaciones que trabajan por los derechos humanos de las mujeres, en más de 160 países del mundo. Trabaja para contribuir a la erradicación de la violencia y la pobreza que afecta especialmente a las mujeres en el mundo. Su labor es urgente y de vital importancia.

Diversos organismos internacionales han advertido que la violación de los derechos humanos de las mujeres y las niñas, es especialmente grave y frecuente en el mundo. Las cifras sobre pobreza y violencia que ellas afrontan, son las más altas. Entre muchas otras fuentes, el PNUD ha advertido que las mujeres y las niñas conforman las tres quintas partes del billón de personas más pobres del mundo; así mismo, que ellas afrontan diferentes formas de violencia. Se estima que entre el 10 y el 50 por ciento de las mujeres mayores de edad han sido víctimas de violencia conyugal y que, asimismo, cerca del 80 por ciento de las 35 millones de personas refugiadas y desplazadas son mujeres, niñas y niños(1).

Por otra parte, de acuerdo con estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a pesar de que ha disminuido la brecha entre el número de hombres y el de las mujeres con respecto a la fuerza laboral mundial, ellas conforman el 60 por ciento de los 550 millones de trabajadores pobres(2) y reciben una remuneración menor que los hombres(3). Así mismo, en un estudio comparativo sobre seis grupos de profesión la OIT encontró que en casi todos los países, las mujeres reciben menos del 90 por ciento de lo que reciben sus homólogos hombres. Esta diferencia en la remuneración se presenta a pesar de que -como lo señala el mismo organismo internacional- entre hombres y mujeres ha disminuido la brecha sobre los índices de escolarización y, asimismo, a pesar de que ellas igualan o superan a los hombres en el acceso a la educación superior.

(1)http://www.pnud.org.co/genero/genero.htm
(2) Noticias de la OIT. Comunicado de Prensa. 5 de marzo de 2004. http://www.ilo.org/public/spanish/bureau/inf/pr/2004/9.htm
(3)El empleo femenino: tendencias mundiales y acciones de la OIT. Ponencia de la OIT en la 49ª sesión de la Comisión sobre la Condición de la Mujer. Naciones Unidas Nueva Cork. 28 de febrero-11 de marzo 2005