Con menos de 9 meses en el cargo, el primer ministro japonés Yukio Hatoyama presentó su dimisión el 4 de junio de 2010, por no haber cumplido su principal promesa electoral, que consistía en concretar una revisión a fondo de las relaciones de su país con Estados Unidos.

Hatoyama logró desclasificar los tratados secretos entre Japón y Estados Unidos, firmados por sus predecesores, confirmando así que en dichos tratados se aceptaba la presencia de armas nucleares en el archipiélago nipón, lo cual constituye una violación de la Constitución japonesa. Pero no se atrevió, sin embargo, a desplazar la base militar estadounidense de Okinawa.

Mientras que altos funcionarios de ambos países negociaban una solución aceptable para la población japonesa, que exige el cierre de la base estadounidense de Okinawa, la Casa Blanca y el Departamento de Estado se esforzaban por bloquear cualquier posibilidad de acuerdo en ese sentido.

El general Keith J. Stalder, comandante de la infantería de marina estadounidense en el Pacífico, incluso ordenó la realización, a través de Internet y de Twitter, de una vasta campaña de propaganda destinada a convencer a la opinión pública de que Japón no puede enfrentar la supuesta amenaza norcoreana sin el “paraguas” estadounidense, presentando así el programa de independencia nacional de Hatoyama como algo irrealista.

Se estima que el extraño hundimiento de la corbeta surcoreana Cheonam, el 26 de marzo de 2010, y el posterior informe de la comisión investigadora internacional, entregado el 20 de mayo de 2010, son parte de un montaje destinado a dar realce a la supuesta “amenaza norcoreana”.

Ver film histórico acerca de la batallas marítimas en el Pacífico en la Segunda Guerra Mundial entre los EEUU y el Japón, el hundimiento del acorazado nipón Yamato.

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«El enigma del Cheonan», Red Voltaire, 31 de mayo de 2010.

«El Imperio y la Mentira», por Fidel Castro, Cubadebate/Agencia Cubana de Noticias, 4 de junio de 2010.