Nicaragua acaba de poner fin a sus relaciones diplomáticas con la República de China (Taiwán) ‎y de establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China (ver foto), lo cual podría traducirse en una ‎reactivación del proyecto nicaragüense de construcción de un nuevo canal interoceánico. ‎

En 2014, el súper multimillonario chino Wang Jing estuvo elaborando un proyecto para favorecer ‎la circulación marítima entre el Pacífico y el Atlántico mediante la construcción de un segundo ‎canal interoceánico que pasaría por Nicaragua. ‎

El proyecto contó con el beneplácito de las autoridades nicaragüenses pero Estados Unidos ‎respondió orquestando un movimiento de oposición que denunciaba su impacto ‎ecológico, aunque en realidad la existencia de un segundo canal ‎interoceánico haría disminuir considerablemente el intenso tráfico marítimo actual alrededor del Canal ‎de Panamá. Finalmente, la crisis financiera de 2018 detuvo el proyecto. ‎

Haciendo un poco de historia, vale la pena recordar que Estados Unidos creó artificialmente la ‎República de Panamá en 1903, estimulando, organizando y financiando un movimiento ‎independentista en el istmo, que era parte de Colombia –considerablemente debilitada entonces ‎por la guerra civil conocida como la «Guerra de los Mil Días». ‎

Al fomentar aquel movimiento, el objetivo de Washington no era otro controlar que el istmo, ‎donde ya habían comenzado, en 1881, los trabajos de construcción de lo que hoy conocemos ‎como el «Canal de Panamá».

El hecho es que a partir de la proclamación de su independencia de ‎Colombia, la República de Panamá estuvo constantemente bajo la tutela estadounidense. Hasta ‎que el general panameño Omar Torrijos lidereó, en 1968, una revolución que reclamó y obtuvo la proclamación de la soberanía panameña sobre el Canal de Panamá. ‎

Después de la muerte de Omar Torrijos en 1981, en una extraña ‎catástrofe aérea ‎nunca elucidada, el general Manuel Antonio Noriega se convirtió en su sucesor hasta que fue ‎derrocado –en 1989– por una invasión militar estadounidense, durante la cual murieron ‎al menos 3 500 panameños. ‎

Después de Costa Rica (en 2007), Panamá (en 2017) y El Salvador (en 2018), Nicaragua ‎se convierte en el cuarto país centroamericano que pone fin a sus relaciones diplomáticas con ‎Taiwán y Honduras tiene previsto tomar la misma medida en 2022, lo cual debe favorecer la ‎reactivación del proyecto de construcción de un segundo canal interoceánico en Centroamérica, ‎en el marco de las «rutas de la seda» que la República Popular China ha venido creando durante ‎el mandato del presidente, Xi Jinping. ‎