La administración Biden está buscando la manera de lograr que las transnacionales vinculadas al ‎comercio de hidrocarburos sólo acepten pagar precios muy inferiores a los del mercado mundial ‎por el gas y el petróleo rusos. ‎

Washington, después de haber excluido a Rusia de la Organización Mundial del Comercio (OMC), ‎quiere imponer un doble mercado para el comercio de los hidrocarburos:‎
 El primero se regiría por las reglas de la oferta y la demanda y sus precios seguirían siendo ‎fluctuantes –el precio actual del crudo es de alrededor de 100 dólares el barril.
 En el segundo mercado, al que Rusia se vería relegada, los precios se basarían en los costos de explotación –‎unos 40 dólares por barril en el caso del petróleo ruso. ‎