En el epílogo de un largo proceso judicial, la transnacional Lafarge –número uno mundial de la ‎producción de cemento–, rebautizada LafargeHolcim en 2015 y renombrada Holcim Ltd ‎desde 2021, se declaró finalmente culpable, en Estados Unidos, de haber permitido que su filial ‎en Siria trabajara para los yihadistas del Emirato Islámico (Daesh) y tendrá que pagar una multa de ‎‎778 millones de dólares. ‎

El proceso judicial terminado en Estados Unidos es diferente del que todavía se desarrolla ‎en Francia, donde la transnacional está acusada de «violación de un embargo», «financiamiento ‎de una entidad terrorista», de «poner en peligro la vida de otros» y de «complicidad en ‎crímenes contra la humanidad». ‎

Sin embargo, estos procesos judiciales y acusaciones todavía están muy lejos de la verdad. ‎

En realidad, Lafarge proporcionó a Daesh unos 6 millones de toneladas de cemento que sirvieron ‎para construir para los yihadistas fortificaciones y búnkeres subterráneos de tal envergadura que ‎la aviación rusa necesitó 6 meses para destruirlos. Pero eso no aparece entre los cargos ‎retenidos contra Lafarge. ‎

Posteriormente, Lafarge autorizó las fuerzas especiales francesas a utilizar su fábrica en Siria, en ‎la región de Jalabiyeh, como base militar. ‎

Los tribunales estadounidenses y franceses no parecen haberse enterado de que Lafarge hizo ‎todo eso en coordinación directa con la CIA estadounidense y con la DGSE francesa. ‎

«Revelaciones: la yihad de Lafarge-Holcim», por Thierry Meyssan, ‎‎Red Voltaire, 24 de marzo de 2017,


‎ ‎