Por Ghaleb Kandil

El asesinato del ex ministro libanés Mohammad Chatah es parte de una serie de intentos de provocar la discordia interna y un estallido general de la situación en Líbano a través de los repetidos enfrentamientos en Trípoli, de ataques suicidas, explosiones de coches-bomba y asesinatos. Esos actos criminales y terroristas son obra de los grupos takfiristas y resultado de esfuerzos combinados israelo-sauditas cuyo objetivo no es otro que provocar en Líbano un enorme incendio.

La primera consecuencia del asesinato es la exacerbación de las tensiones sectarias en el país, sobre todo en Trípoli, ciudad natal del difunto. Los intentos anteriores de exacerbar la tensión, mediante atentados y otros crímenes perpetrados en el barrio sur de Beirut y en Trípoli, no habían logrado conducir a un punto de ruptura.

Las primeras informaciones que muestran la implicación de los terroristas de Fatah al-Islam en el asesinato de Chatah no pusieron fin a las acusaciones, ya preparadas de antemano, proferidas antes del inicio mismo de la investigación.

Lo más grave es que el 14 de Marzo comprendió rápidamente los objetivos políticos del asesinato, tendiente en primer lugar a ahondar la división política en el país. Esa coalición se apresuró por lo tanto a torpedear todo intento de formación de un gobierno de unión nacional, el único que podría desempeñar el papel de válvula de seguridad, y apostó por la explotación política del asesinato de Mohamed Chatah como medio de empujar a la confrontación en un país carente de gobierno y a las puertas de una elección presidencial que se anuncia como un momento difícil. Al actuar de esa manera, el 14 de Marzo no hace más que ejecutar las órdenes de su padrino regional, Arabia Saudita –país que durante los 8 últimos meses ha venido saboteando todos los esfuerzos tendientes a la formación de un nuevo gobierno.

El 14 de Marzo puso incluso más alta que antes la barra de sus condiciones al exigir no sólo un gobierno sin participación del Hezbollah –uno de los principales actores políticos y populares del país– sino reclamando además para sí mismo los ministerios vinculados a las cuestiones de seguridad, como anunció el sábado su secretario general Fares Souhaid.

Las declaraciones de los ex primeros ministros Saad Hariri y Fouad Siniora y del jefe de las Fuerzas Libanesas, Samir Geagea, pronunciadas inmediatamente después del asesinato, expresan una clara voluntad de provocar una explosión política total en el país, ya sea acusando al Hezbollah de haber cometido el crimen o llamando a la formación de un gobierno del 14 de Marzo.

El tono de los comunicados de Saad Hariri y del 14 de Marzo evidencia también la decisión saudita de llevar la situación al punto de explosión.

La interrogante que ahora se plantea es cuáles serán los próximos pasos que dará el 14 de Marzo en el marco de su escalada después de haber puesto el Líbano al borde del abismo.

La actitud de ese bando político está lejos de tener en cuenta el interés nacional, que consistiría en conjugar esfuerzos para hacer frente a las células takfiristas-terroristas implantadas en el país. En vez de eso, el 14 de Marzo se dedica a crear un ambiente favorable a la proliferación de esos grupos extremistas, cuyo primer blanco es el Ejército Libanés.

Los asesinos de Mohammad Chatah quisieron proporcionar con su crimen el elemento que hundiese el Líbano en una grave crisis y las posiciones expresadas por los jefes del 14 de Marzo ayudan a exacerbar las tensiones, lo cual hacen sin importarles las repercusiones que pueden tener sus actos para la estabilidad y la seguridad del país entero. Para ellos, el Líbano es simplemente el campo de batalla donde Arabia Saudita trataría de compensar las decepciones y derrotas que ha sufrido en Siria. Piensan que el país del cedro no pasa de ser un premio de consuelo para el reino wahabita, hoy asediado por las crisis mientras que ve como su influencia sigue reduciéndose, incluso en su coto vedado del Golfo.

Hechos

  • Las fuerzas del 14 de Marzo condenaron el asesinato del ex ministro Mohammad Chatah, muerto en un atentado perpetrado en el centro de Beirut con un coche-bomba. «La lista de mártires puede seguir alargándose porque el asesino no ha terminado de acabar con las vidas de los héroes libaneses y de los héroes del 14 de Marzo», indica un comunicado del 14 de Marzo leído por el ex primer ministro Fouad Siniora. «El asesino es el mismo, desde Trípoli hasta Deraa», indica el texto en clara referencia al régimen sirio de Bachar al-Assad. Señala además que el atentado se produjo a pocos días del inicio –previsto para el 16 de enero de 2014– del juicio contra los presuntos responsables del asesinato del ex primer ministro [libanés] Rafic Hariri.
  • El Hezbollah denunció en un comunicado «el atentado terrorista que estremeció Beirut y que costó la vida al ex ministro Mohammad Chatah y a varios ciudadanos». «Ese crimen odioso se produce en el marco de una serie de atentados tendientes a sembrar el caos en Líbano y a socavar la unión nacional, un crimen que sólo beneficia a los enemigos del Líbano», agrega el partido. El Hezbollah llamó a los libaneses a «la sabiduría ante los peligros que acechan el país» y exhortó los servicios de seguridad a desplegar el máximo de esfuerzos por desenmascarar a los culpables.
  • Después de Arabia Saudita, Kuwait llamó a sus ciudadanos a evitar viajar al Líbano y exhortó a los que se encuentran en ese país a abandonarlo lo más rápidamente posible, debido a la crítica situación en materia de seguridad. El aviso se produce a raíz del asesinato del ex ministro Mohammad Chatah en un atentado con coche-bomba perpetrado en pleno centro de Beirut.
  • El presidente sirio Bachar al-Assad hizo llegar el sábado un mensaje al papa Francisco a través de una delegación del gobierno sirio que fue recibida en Roma por el número 2 de la Santa Sede, monseñor Pietro Parolin. «La delegación trajo un mensaje del presidente Assad para el Santo Padre, mensaje que refleja la posición del gobierno sirio», indica un comunicado del Vaticano. En su mensaje de Navidad urbi et orbi, el papa Francisco pidió el viernes a todas las partes beligerantes que permitan que llegue la ayuda humanitaria a los millones de víctimas de la guerra en Siria. A principios de diciembre, el soberano pontífice había lanzado un llamado a favor de las 12 religiosas ortodoxas secuestradas por hombres armados en la localidad de Maaloula y de «todas las personas secuestradas por causa del conflicto» en Siria. A inicios de septiembre, el papa organizó una jornada de oración por la paz en Siria y se pronunció –en ocasión de esa jornada– en contra de la intervención militar que planeaban Estados Unidos y Francia.
  • El ejército sirio tendió el viernes una emboscada a los combatientes rebeldes cerca de Damasco, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). El ataque se produjo durante la madrugada «en la zona situada entre Marah y Qustul, cerca de la ciudad de Maaloula», precisa el OSDH. Como resultado de esa emboscada, según informes divulgados por la televisión pública siria, cerca de 150 muertos y heridos rebeldes fueron evacuados hacia Ersal, en Líbano. La televisión transmitió imágenes en las que podían verse decenas de cuerpos y armas esparcidos por una zona montañosa. «Éramos cerca de 400, entre los que había sauditas, chechenos y otros extranjeros», explicó un yihadista gravemente herido a un periodista de televisión.
  • Citando fuentes informadas, [el diario libanés] Al-Akbar informa que el presidente [de la República Libanesa] Michel Sleiman viajó a París para obtener respuestas claras sobre la posibilidad de instalarse [él] en Francia al término de su mandato, a raíz de su posible elección a la cabeza de la Organización Internacional de la Francofonía. Cabe recordar, en ese marco, los anteriores intentos del señor Sleiman por conseguir ilegalmente un pasaporte francés [1]. Personas vinculadas al jefe del Estado [libanés] aseguran que este regresó de París muy optimista.
  • Los dos ciudadanos de Omán secuestrados el jueves por hombres armados no identificados en la región de Baalbek, en el este del Líbano, fueron liberados el domingo, anunció en Mascate el ministro de Relaciones Exteriores omaní. «Están sanos y salvos y se hallan en la embajada de Omán en Beirut en previsión de su repatriación», explicó el ministro en un comunicado. El ministerio no ofreció ninguna explicación sobre las razones del secuestro de los dos omaníes ni sobre las circunstancias de su liberación pero agradeció a las autoridades libaneses.

[1El actual presidente de la República Libanesa Michel Sleiman estuvo realizando hace años una serie de trámites para obtener la nacionalidad francesa para los miembros de su familia y para sí mismo y presentó para ello a las autoridades de Francia varios documentos que finalmente resultaron ser falsos. Michel Sleiman se halla desde entonces bajo control de los servicios secretos franceses, que posteriormente –y con ayuda de Qatar– lo pusieron en la presidencia de la República Libanesa, desde donde sirve los intereses de Francia.