El acuerdo de cese de las hostilidades en Siria concluido por Rusia y Estados Unidos es consecuencia del hecho que las diversas bandas que luchan contra el gobierno sirio se encuentran al borde de la catástrofe militar.

No obstante, buen día.

Thierry Meyssan, politólogo francés:

“La política del presidente Vladimir Putin en Siria se basa en la lucha contra los yihadistas, no en el apoyo a la República Árabe Siria, ni en el apoyo al presidente Bashar al-Assad. Y Putin tiene la intención de actuar contra los yihadistas porque desde 2012 él ya expresaba que el tema sirio se había convertido en una cuestión interna rusa. Porque él, y sólo él, comprende la lógica de este sistema. Rusia puede estar recreando hoy la situación que el mundo vivió en el período de 1936-1939. En 1936, el rey de Inglaterra estaba a favor de los nazis, el Banco de Inglaterra financiaba a los nazis en Alemania... Y miren ahora lo que hace Rusia en este momento: logra modificar la línea política de Estados Unidos y pone a ese país en contra de los yihadistas, a pesar de que fue Estados Unidos quien creó este sistema de yihadistas.”

En 2012, el orientalista francés Thierry Meyssan ya hablaba de la posibilidad de un acuerdo ruso-estadounidense sobre Siria. Un acuerdo en el que nadie creía, torpedeado sistemáticamente por los halcones estadounidenses encargados de las bandas islamistas, y en el que el propio Obama sólo creyó al verse ante la posibilidad de una victoria militar de la coalición ruso-sirio-iraní.

Bouthaina Shaaban, consejera del presidente sirio para cuestiones políticas e información:

“En cuanto a las declaraciones de Estados Unidos sobre cierto plan B, no sabemos a qué se refiere el secretario de Estado estadounidense. Nuestro plan B es totalmente claro: seguir luchando contra el terrorismo.”

En otras palabras, esto significa que no hay ningún plan B. Renunciar al plan A significa volver a la ofensiva siria con el apoyo de sus aliados. Así que la adhesión de Estados Unidos al plan A es la única posibilidad de alcanzar la paz en Siria bajo condiciones mínimamente aceptables para Estados Unidos. De este modo, el plan A no es sólo la victoria de Putin. Es también una victoria de Obama sobre sí mismo y sobre el grupo ultra-influyente de aventureros estadounidenses que están empujando su país a la catástrofe.

El preludio del actual cese de hostilidades, y no su consecuencia como creen algunos, fue la renuncia, una tras otra, de los miembros de la coalición saudita a la idea de una operación terrestre en Siria. Primero Bahrein, luego Qatar, después Arabia Saudita, en las negociaciones se hizo participar a todas las partes importantes del conflicto, con excepción de Daesh y de Jabhat al-Nusra, declarados fuera de la ley. ¡Y de Turquía!

El único que quedó fuera del proceso fue Turquía, junto con Daesh y con el ramillete de bandas pro-turcas que renunciaron al cese de hostilidades.

Thierry Meyssan:

“Turquía no firmó el acuerdo entre Rusia y Estados Unidos. Es una formalidad, pero eso demuestra su posición. ¿Qué piensan hacer? Piensan regresar al territorio sirio para atacar a los kurdos, precisamente los aliados de Moscú y`Washington. Al hacer esto, Turquía violaría groseramente el cese de hostilidades, violaría la soberanía de la República Árabe Siria y entraría en conflicto armado con los aliados de Moscú y Washington. Creo que esto es una trampa para Turquia, y en las próximas semanas o, a lo sumo, en los próximos meses veremos el colapso del sistema del señor Erdogan.”

En cuanto a semanas o meses, Meyssan quizás se apresura, pero sí es muy posible que Erdogan se haya puesto él mismo contra la pared y que el acuerdo local ruso-estadounidense de cierta forma incluya a Erdogan.

La agencia de noticias Regnum, que cita el periódico turco Hürriyet, cita la declaración de los militares turcos luego de reunirse con el presidente Erdogan: “El ejército turco no entrará en territorio de Siria sin una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU, pero dada la posición de Rusia, esta decisión no se tomará.

Esta declaración, además del texto explícito, lleva una connotación bastante clara: el ejército turco remite al presidente Erdogan al derecho internacional. La actitud del ejército turco es explicable: Erdogan no sólo derribó al ejército turco de su pedestal político, sino que encarceló a la mitad de la cúpula castrense. Pero eso es imposible de hacer sin la venia de Estados Unidos. Y éste es un llamado nada bueno para Erdogan, quien perdió la posibilidad de maniobrar entre Estados Unidos y Rusia.

No obstante, hasta la próxima.

Traducción
Aldo Malca
Fuente
1tv (Rusia)