Al término de una reunión de los ministros de Defensa de la Unión Europea, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien participó como «invitado», ofreció una conferencia de prensa [1].
Stoltenberg dijo sentirse conmocionado por la batalla de Alepo y la relacionó con la destrucción de un convoy humanitario para terminar calificando ambos hechos de «violación del derecho internacional».
El hecho es que el ataque contra el convoy humanitario no fue obra de ningún tipo de aeronave sino una acción terrestre contra la Media Luna Roja Árabe Siria perpetrada por el «Consejo Local de Alepo» mientras que la batalla de Alepo se desarrolla con la participación de Siria y Rusia y en cumplimiento de las resoluciones de la ONU que llaman a la lucha contra el terrorismo. Durante el alto al fuego de la fiesta musulmana del Aid, el «Consejo Local de Alepo» se declaró vinculado a las organizaciones que aparecen en la lista de grupos terroristas elaborada por la ONU y se negó a separarse de estos.
Al responder a una pregunta de la agencia AFP, el secretario general de la OTAN declaró que la alianza atlántica desplegará aviones de vigilancia electrónica –AWACS– para mejorar la “visión” de la coalición internacional sobre la situación en el espacio aéreo.
Pero los únicos países que utilizan legalmente el espacio aéreo sirio son la República Árabe Siria y Rusia mientras que la coalición lidereada por Estados Unidos y la aviación de Israel penetran en él ilegalmente… y los grupos armados rebeldes o terroristas no disponen de aeronaves.
Al parecer, la OTAN está tratando de averiguar qué medios de vigilancia aérea podría utilizar –o más bien cuáles podrían servirle– a pesar del despliegue en Siria del sistema ruso que desconecta todos los medios de vigilancia y mando electrónicos de la alianza atlántica.
[1] “Press Point by Jens Stoltenberg”, Voltaire Network, 27 de septiembre de 2016.
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