De frente en la foto, Jake Sullivan, el consejero de seguridad nacional del presidente ‎estadounidense Joe Biden, conversa con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. ‎Ambos detestan al ex presidente Donald Trump tanto como a Rusia.

La investigación del procurador especial del Departamento de Justicia, John Durham, sobre la ‎información falsa utilizada para justificar un procedimiento de destitución ‎(impeachment)‎ contra ‎el presidente estadounidense Donald Trump sobre la base de una supuesta complicidad de Trump ‎con Rusia –el caso llamado Rusiagate– está abriendo nuevas pistas. ‎

Según esa investigación, la información falsa contra el presidente Trump provenía de Rodney Joffe, un experto ‎en seguridad informática, ganador de un premio en ciberseguridad otorgado por el ‎FBI. ‎

Joffe estuvo a cargo de la seguridad de internet en la Casa Blanca a pesar de que había sido ‎condenado por estafa, lo cual debería haber bastado para privarlo de toda posibilidad de ser ‎contratado por el gobierno. ‎

Como responsable de la seguridad de internet, Rodney Joffe pudo recopilar ‎todos los datos sobre el tráfico informático no sólo de la Casa Blanca sino también de la ‎Trump Tower y del apartamento de Donald Trump en un tercer edificio, datos que utilizó para ‎vincular a Trump con las autoridades rusas. ‎

Al parecer, Joffe hizo ese trabajo con la esperanza de obtener una importante función oficial si ‎Hillary Clinton resultaba ganadora en la elección presidencial de 2016. ‎

Estas maniobras fraudulentas, que además de poner en peligro la seguridad nacional de ‎Estados Unidos incluyen un fuerte componente de corrupción, parecen haber sido orquestadas ‎por el entonces consejero de política exterior de la candidata Hillary Clinton, Jake Sullivan, hoy ‎consejero de seguridad nacional del presidente Joe Biden y artífice de la campaña antirrusa que ‎acusa al Kremlin de estar a punto de invadir Ucrania. ‎