Conforme a lo indicado en el mapa de la operación militar Manantial de Paz publicado ‎inicialmente por la agencia oficial turca de noticias Anadolu, las tropas de Turquía se han limitado ‎a ocupar una franja de territorio sirio de 32 kilométros de profundidad a partir de la frontera ‎turco-siria, exceptuando la ciudad siria de Qamishli. ‎

Sin embargo, ahora se hace evidente que tanto Turquía como las YPG kurdas están aplicando una ‎política común de expulsión de los pobladores cristianos en esa franja de territorio, incluso en la ‎ciudad de Qamishli. ‎

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, los otomanos y sus mercenarios kurdos de la época ‎masacraron 1,4 millones de armenios, 200 000 asirios y cristianos de rito griego, más de 50 000 ‎asirios en Persia (entre 1914 y 1918) y otros 800 000 armenios y griegos (entre 1919 y 1925) ‎‎ [1]. ‎

Durante la guerra contra Siria, en marzo de 2014, cientos de yihadistas del Frente al-Nusra (la ‎rama de al-Qaeda en Siria) y del Ejército del Islam (Yesh al-Islam, respaldado por Arabia Saudita) ‎saquearon, bajo las órdenes del ejército turco, la ciudad siria de Kessab, de población armenia ‎‎ [2].‎

En ese contexto, la comunidad armenia ha interpretado los asesinatos del sacerdote Hovsep ‎Petoyan (ver foto) y de toda su familia, perpetrados el 11 de noviembre de 2019, como un ataque ejecutado ‎por el Emirato Islámico (Daesh) por orden de Turquía. El sacerdote armenio había viajado a la ‎ciudad siria de Deir-ez-Zor para supervisar allí la restauración de una iglesia armenia destruida por ‎Daesh durante la guerra. ‎

[1Statistics of Democide: Genocide and Mass Murder Since 1900, R.J. Rummel, Transaction, ‎‎1998, p. 223-235.

[2«La Turquía de hoy continúa el genocidio armenio», por Thierry ‎Meyssan, Red Voltaire, 30 de abril de 2015.