El rey de España Juan Carlos y la reina (en los extremos de la foto) reciben al presidente de los EEUU, George W. Bush y su esposa en el palacio real de Madrid. Junio 2001.
Foto crédito Casa Blanca por Paul Morse.
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¿Acaso, el 22 de febrero de 2003, un mes antes de que Estados Unidos invadiera Irak, no fue José Maria Aznar y el propio rey (porque sin éste no se toma ninguna decisión de tal trascendencia en España), quien le pidió a Bush que lo ayudara ante la abrumadora oposición de los españoles a la guerra. Se habían producido enormes manifestaciones en toda España contra el apoyo de Aznar a la política belicista de Bush. Con la entera anuencia del rey, los dos líderes se encontraron en el rancho tejano de Bush, y Aznar le dijo al Presidente de Estados Unidos:

Necesitamos que nos ayudéis con nuestra opinión pública. Lo que estamos haciendo es un cambio muy profundo para España y para los españoles. Estamos cambiando la política que el país ha seguido en los últimos doscientos años.

Es decir, el rey buscaba entrar en una carrera imperialista: recolonizando económicamente a sus viejas posesiones de las Indias junto con las grandes empresas españolas, todas igualmente dependientes del imperio norteamericano.

Aquel viejo sueño de la España imperial tenía por fuerza que volver con la ultra-derecha en el poder, aunque esta vez tuviera que hacerse unido al enemigo sempiterno, los Estados Unidos.

Cuando Bush le aclaró a Aznar que estaba haciendo lo que podía, pero que quería terminar con el presidente de Irak, Saddam Hussein, con o sin el apoyo del Consejo de Seguridad de la ONU, José María tembló. “Es mucho mejor –le imploró- que se busque una decisión del organismo mundial”. “Nada –le cortó Bush- para mediados de marzo próximo estaré en Irak.” El rey consoló a José María y le apoyó en todo. Había que tomar en cuenta que España ya estaba madura para emprender un camino de gloria al lado de la mayor potencia del planeta y que para eso, en definitiva, estaban los medios de comunicación.

En España, su llamada democracia está fuertemente mediatizada por la presencia del rey: hoy nos encontramos con que Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero son idénticos en sus políticas, sus mentiras, sus acuerdos fuertemente dependientes de la derecha europea y de Estados Unidos. Gracias a su rey. Con cuánta euforia y locura celebran hoy todos los poderosos medios de comunicación españoles la designación del presidente Sarkozy. Al mismo tiempo, centenares son las encuestas que corren por estos medios tratando de colocar a la figura del rey como la más respetada y querida de España. Todo, por lo que éste le dijo a Chávez: “¿Por qué no te callas?” Es decir, el rey Juan Carlos figurando por sus gritos en la clausura de la XVII Cumbre Iberoamericana en Chile.

Al finalizar el 2007, todos los poderosos medios hispanos concuerdan en que el peor gobernante del planeta es el Presidente Hugo Chávez. Lo catalogan como el Enemigo Número Uno de la Humanidad. Y ese Enemigo Número Uno ha conseguido una unidad histórica en América Latina que no se conocía desde los tiempos de la guerra de independencia. Enemigo Número Uno de la Humanidad quien es el más querido por los pueblos del continente americano. Idolatrado por los pueblos de Argentina, Bolivia, Ecuador, Haiti, Nicaragua, Brasil, Uruguay, Paraguay… en todas estas regiones el tema que también se aborda es ese grito del rey “¿por qué no te callas?”

Todos saben que cuando Chávez llamaba fascista a Aznar también el rey recibía su parte. Porque cuando Aznar apoyó el golpe de Estado contra Chávez, lo estaba haciendo con todas las empresas del Borbón, con el grupo PRISA a la cabeza, junto con el diario “El Mundo” del Pedro J. Ramírez, y el imperio de la derecha aliada al fascismo europeo y norteamericano.

Los godos herederos de la vieja oligarquía española creen que los pueblos latinoamericanos se podrían identificar con ese grito del rey. A la postre, ese grito se irá convirtiendo en la mayor ofensa contra nuestros pueblos. Nada en común tenemos en América Latina con un rey cuyo placer es matar osos, vivir del cuento, pasear en yates, codearse con los que exprimen a los pobres, aparecer diariamente en las revistas del corazón y mantenerse estrechamente unido a los crímenes que protagoniza Bush y su camarilla en el mundo. Nos parece muy bien que se siga promocionando ese grito en España, que bien gilipollas tendría que ser un latinoamericano genuino para identificarse con él. Más aún lo debemos recordar todos los días, ese “¿por qué no te callas?” que se lo debió decir el rey a su Aznar cuando éste apoyó el golpe de Estado contra Chávez el 11-A de 2002.

Pero los planes contra Venezuela se remontan a junio de 2001, cuando Bush, el rey Juan Carlos, José María Aznar, Colín Power, Condoleeza Rice, Josep Piqué (ministro de relaciones exteriores de Aznar), reunidos en la Finca toledana de Quintos de Mora, decidieron entre otras estrategias globales, salir de Chávez. Allí se dispuso el papel que asumiría el gobierno español, a quien le correspondería suministrarle apoyo a los grupos oposicionistas militares, al empresariado, movimientos sindicales corruptos y a la Iglesia, todos capitaneados por el padre jesuita Luis Ugalde, el líder Carlos Ortega y el magnate Pedro Carmona Estanga. Desde este momento la embajada de España en Venezuela junto con la embajada norteamericana coordinarían las estrategias, la ayuda financiera y los sabotajes para echar abajo a un gobierno que pretendía salirse de la hegemonía del poder transnacional.

En esa oportunidad Bush recorrió en un helicóptero de la Fuerza Aérea estadounidense los 160 kilómetros que separan a esta finca de Madrid, donde fue recibido por los reyes de España. Refiere la nota de prensa de EFE, que “la cordialidad presidió la recepción, que el rey Juan Carlos abrió con un abrazo a Bush y con un distendido saludo a la consejera estadounidense de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, en alusión a los estudios de español de todo el equipo del presidente de EEUU. “Bush y Aznar trataron asuntos bilaterales, como la negociación para un nuevo Convenio de Defensa, y multilaterales de interés común, con especial detalle en América latina.” Ojo: “con especial detalle en América latina”

Añade la nota que en los últimos meses, la finca de Quintos de Mora había sido visitada por el primer ministro británico, Tony Blair, el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, el primer ministro francés, Lionel Jospin, y el ex primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

El “¿por qué no te callas?”, pues, tiene antecedentes históricos muy fuertes, ligados a guerras, genocidios, golpes de Estado, que ahora han zarandeado al rey que aún no consigue ajustarse su corona, luego de que rodó por los suelos en Chile, y en la que los medios españoles hacen esfuerzos inauditos por conseguir apretársela en su testa. La escritora argentina Adriana Vera se pregunta en una misiva por qué el rey no le pidió que se callara la boca al Presidente Salvadoreño Francisco Flores cuando en la cumbre de Panamá trató de ofender al presidente Fidel Castro.

Por qué no hizo callar a Aznar cuando junto al terrorista Bush atacó, invadió y masacró al pueblo de Iraq y utilizó el atentado del 11 de marzo, como campaña electoral culpando a la ETA. Por qué su silencio ante las cárceles secretas y las torturas de la CIA y las atrocidades en la Base Naval de Guantánamo. Por qué enmudece ante la petición de Chávez cada vez que solicita se extradite a Venezuela a los terroristas Posada Carriles y a Orlando Bosh quienes hicieron explotar un avión civil en pleno vuelo y en estos momentos se pasean cómodamente por las calles de Miami.

Por qué no mandó a silenciar a la injusticia yanqui cuando dio penas inimaginables a los Cinco Héroes Cubanos, por luchar contra el terrorismo. Añade la escritora Vera al rey: “Usted no se sintió ofendido cuando el argentino Carlos Menem le dijo a su Reina Sofia de que el príncipe heredero era un buen candidato para su hija Zulemita mientras le vendía el petróleo y las empresas argentinas a las trasnacionales españolas…. Me pregunto como intelectual argentina y le exijo una explicación pública (al rey) y las correspondiente disculpas al presidente venezolano Hugo Chavez Frías que justamente NO es quien debe callar porque es un defensor de los desposeídos y usted sí debe silenciar sus exabruptos ya que aparentó como un ebrio enojado ante Presidentes de varias naciones.

Antes de despedirme con el debido respeto hacia el pueblo de España, déjeme decirle que tengo una respuesta para dar. Con la mafia de Miami, las trasnacionales, los monopolios, la globalización del hambre de los pueblos, Bush, Aznar, Blair, etc. Usted es y representa la misma cosa, sean elegidos por quien los elija.”