Este artículo este parte del libro De la impostura del 11 de septiembre a ‎Donald ‎Trump. ‎Ante nuestra ‎mirada, la gran farsa de las primaveras árabes.‎
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‎La inteligencia de Francia para el exterior (DGSE) estima que hay que ‎‎“marginar al régimen ‎sirio en el plano diplomático” y aportar “una ayuda sustancial en el plano ‎militar a las ‎brigadas del Ejército Sirio Libre”. Haciendo campaña para convencer a la opinión ‎pública ‎francesa, la DGSE utiliza a Basma Kodmani, amante siria de su ex director, Jean-‎Claude ‎Cousseran, convirtiéndola en portavoz de la oposición siria en Francia. Su hermana, ‎Hala ‎Kodmani, divulga la propaganda de la DGSE desde el diario francés Liberation.

Y habló el pueblo sirio

Aunque la señora Bassma Kodmani, portavoz de la «oposición siria», había afirmado que ‎‎«el ‎régimen es incapaz de organizar una elección presidencial» y que «eso prueba que es ‎una ‎dictadura», la República Árabe Siria adopta un nuevo Código Electoral –conforme a las ‎normas ‎occidentales– y convoca una elección presidencial. ‎

Hasta entonces, el presidente de Siria era designado por el partido Baas, designación que ‎s‎e sometiá después a la aprobación popular mediante un referéndum. Pero el 3 de junio de 2014, ‎por primera vez, el presidente será ‎electo recurriendo al sufragio universal directo. Es ‎poco probable que la «Coalición Nacional de ‎Fuerzas de Oposición y de la Revolución» logre ‎presentar un candidato, pero no por causa de la ‎cláusula que estipula que los candidatos deben ‎haber residido en Siria durante los 10 últimos años ‎sino porque los grupos armados son ‎frenéticamente contrarios a la democracia. Esos ‎grupos, cuya opinión formula la Hermandad ‎Musulmana, proclaman que «El Corán es nuestra ‎constitución» y consideran que toda elección ‎es, por ende, ilegítima. Esa actitud favorece la elección del candidato ‎del gobierno, pero ‎su eventual legitimidad ya no dependerá del porciento de votos a su favor sino ‎de la cantidad ‎misma de sufragios y de la representatividad de estos en relación con el conjunto ‎de ‎la población. ‎

El gobierno de Francia sabe bien que, de los 22 millones de sirios, hay menos de 2 millones en las ‎‎«zonas liberadas» y que no participarán en la votación. Otros 2 millones son ‎refugiados ‎en Jordania, Líbano, Turquía y Europa. Para sabotear la elección, habrá que impedir por ‎todos ‎los medios que los sirios deseosos de votar puedan hacerlo. Francia logra convencer a sus ‎socios ‎europeos para que sigan sus pasos y prohíban la apertura de colegios electorales en ‎los‏ ‏consulados sirios, prohibición que viola la Convención de Viena del 24 de abril de 1963. ‎Cuando ‎varios refugiados sirios en Francia denuncian ese abuso de poder ‎ [1]‎, el Consejo de Estado francés se ‎‏ ‏declara ‎incompetente. Por su parte, los países del grupo que se hace llamar «Amigos de Siria» ‎denuncian una «parodia de democracia» ‎tendiente a «mantener la dictadura». ‎

Tres candidatos participan en la elección presidencial siria: el comunista Maher el-Hajjar, ‎el liberal ‎Hassan al-Nuri y el baasista Bachar al-Assad. El Estado sirio proporciona a los ‎candidatos los medios ‎para hacer campaña y garantiza su seguridad física. Los medios ‎de prensa les dan la palabra. En la ‎práctica, los electores siguen con interés las proposiciones ‎de los candidatos, pero Bachar al-Assad está ‎en una situación comparable a la que vivió Charles ‎de Gaulle en la Francia de 1945. La opción de ‎los electores es simple: apoyar al candidato ‎Assad para salvar la República Árabe Siria o no votar y ‎ponerse con ello del lado de ‎los yihadistas. ‎

La Seguridad General libanesa reporta más de 100 000 refugiados sirios ‎reunidos en los ‎alrededores de la embajada de Siria en Beirut para votar en la elección ‎presidencial siria, ‎aunque con ello contradicen las consignas antigubernamentales de la ‎oposición y las ‎acciones de las potencias occidentales, empeñadas en sabotear la elección. ‎

Antes del inicio de la votación en Siria, se organiza –sin mucha convicción– el voto de ‎los ‎refugiados deseosos de votar fuera del país. La propaganda occidental ha convencido a los ‎sirios ‎de que todos los refugiados son “opositores”, a pesar de que al ser interrogados ‎la mayoría de los ‎refugiados aseguran haber salido de Siria no «por culpa de la dictadura» sino ‎por causa de los ‎combates. Los días 28 y 29 de mayo de 2014, una multitud de 100 000 sirios –‎cifra divulgada por la ‎Seguridad General libanesa– deseosos de votar en la embajada de Siria ‎en Líbano, ‎autorizada a abrir un colegio electoral, paraliza Beirut. Ante la enorme afluencia de ‎electores sirios ‎ansiosos de votar en la elección presidencial, la embajada se ve obligada a ‎extender los ‎horarios de apertura del colegio electoral e incluso las fechas anunciadas como ‎plazo inicial para ‎votar. Es una agradable sorpresa para los sirios que permanecen en Siria… y ‎causa de ‎consternación en las cancillerías occidentales ‎ [2]‎. ‎

Finalmente, a pesar de todos los llamados a boicotear la elección presidencial, el 73,42% de ‎los ‎sirios en edad de votar acuden a las urnas ‎ [3]‎. 360 medios de ‎prensa extranjeros presentes en Siria y ‎todas las embajadas que se mantienen abiertas ‎en Damasco dan fe del buen desarrollo de la ‎elección. Bachar al-Assad obtiene ‎‎10 319 723 votos, o sea el 88,7% de los votos válidos y el apoyo ‎del 65% de la población ‎en edad de votar. El candidato liberal Hassan al-Nuri recoge 500 279 ‎‏ ‏sufragios y el candidato ‎comunista Maher el-Hajjar recibe 372 301 votos.‎

Durante la campaña electoral, Francia y sus aliados, empujados por el estadounidense ‎Jeffrey ‎Feltman, tratan de lograr que el Consejo de Seguridad de la ONU reconozca la ‎competencia de la ‎Corte Penal Internacional en relación con la guerra civil siria. Por supuesto, ‎el proyecto de ‎resolución sobre ese tema mete en el mismo saco a todos los actores sirios del ‎conflicto –‎poniendo la República al mismo nivel que los yihadistas– ya que sus promotores ‎tienen la certeza ‎de que la fiscal Fatou Bensouda actuará como su predecesor Luis Moreno ‎Ocampo en el ‎caso de Libia y se plegará a las órdenes de la OTAN. ‎

Este proyecto de resolución da seguimiento a las acusaciones del informe “César” y ‎del gabinete ‎de abogados Carter-Ruck, y también a las del diario francés Le Monde, según el cual «la dictadura ‎alauita» viola sistemáticamente a las mujeres sunnitas que militan en ‎la oposición. La periodista de ‎Le Monde Annick Cojean publica el testimonio de una víctima que ‎asegura: «Nos violaban todos los ‎días mientras gritaban: «Nosotros, los alauitas, ‎os aplastaremos.”» Annick Cojean, presidente del ‎Premio Albert Londres, fue formada por la ‎Fundación Franco-Americana. Fue ella quien publicó, ‎mucho después del linchamiento de ‎Muammar el-Kadhafi, Les Proies: dans le harem de Kadhafi [4]‎, un ‎libro fantasioso donde acusa al Guía de la ‎Yamahiriya de haber violado a numerosos niños, ‎justificando así, a posteriori y sin aportar ‎prueba alguna, la destrucción de Libia. ‎

Pero, después de la aplastante elección democrática de Bachar al-Assad, ¿quién puede creer ‎aún ‎las historias sobre la crueldad, las torturas sistemáticas y la «dictadura alauita»? Rusia y China ‎rechazan el proyecto de resolución de Francia, recurriendo por cuarta vez a su derecho de veto. ‎

Estados Unidos mantiene a Francia al margen de la formación del ‎Emirato Islámico (Daesh) ‎y el gobierno francés descubre con sorpresa que este nuevo actor ‎viene a perturbar sus ‎planes de reconquista de posiciones coloniales. Daesh es una gigantesca ‎fuerza terrestre ‎equipada por Washington y sus aliados. Esta imagen muestra un campo de ‎entrenamiento ‎de los terroristas de Daesh en la frontera israelí. ‎

Daesh y el Califato

Aparece un conflicto en el seno de al-Qaeda. Los sirios del «Estado Islámico en Irak» (EII ‎o Emirato ‎Islámico en Irak), que han formado el «Frente para la Victoria» (en árabe, “Jabhat ‎al-Nusra”, ‎conocido como “Frente al-Nusra” o simplemente “al-Nusra”) comienzan a rivalizar con ‎su casa ‎matriz cuando los iraquíes del Emirato Islámico también se desplazan hacia Siria. ‎Cuando esa rivalidad llega ‎a degenerar en batallas campales, Francia y Turquía apoyan a ‎los yihadistas que operan en Siria ‎en contra de los que ahora llegan de Irak. París y Ankara ‎envían municiones a al-Nusra, a través del ‎‎“Ejército Libre Sirio”, que ya no pasa de ser una ‎etiqueta en una botella vacía. Pero los combates ‎entre ambas facciones yihadistas no llegan ‎generalizarse. En la región de Qalamoun –o sea, ‎en la frontera libanesa– los mismos individuos ‎siguen agitando simultáneamente las banderas de ‎las dos facciones. ‎

En mayo de 2014, cuando Turquía anuncia a Francia que está preparando –junto con Arabia ‎Saudita, ‎Estados Unidos, Israel, Jordania, el gobierno regional del Kurdistán iraquí, varias tribus ‎sunnitas y ‎la Orden de los Naqchbandis iraquíes, así como Noruega– una gran operación con el ‎Emirato ‎Islámico en Irak, se interrumpe la guerra interna entre ambas facciones. ‎

‎En 2008, cuando aún se disputaban la nominación demócrata con vista a la elección ‎presidencial estadounidense, Hillary Clinton y Barack Obama ‎expusieron al Grupo ‎de Bilderberg –el think tank de la OTAN– el interés estratégico de la ‎colaboración ‎occidental con la Hermandad Musulmana. ‎

Francia pone sus fuerzas especiales y la transnacional ‎francesa ‎Lafarge a disposición del nuevo plan. Se impone aquí una breve mirada atrás. En junio de 2008, la OTAN organizaba la reunión ‎anual del Grupo de Bilderberg ‎ [5] en Chantilly (Estados Unidos), donde Hillary Clinton y Barack ‎Obama ‎se presentan como participantes. Entre las 120 personas presentes están Basma ‎Kodmani –futura ‎portavoz de la Coalición Nacional Siria– y el alemán Volker Perthes –futuro ‎asistente del ‎estadounidense Jeffrey Feltman en la ONU para el tema sirio. En un debate sobre ‎la ‎permanencia de la política exterior de Estados Unidos, Kodmani y Perthes intervienen para señalar ‎la importancia de la Hermandad Musulmana y su posible papel en la «democratización» ‎del mundo ‎árabe. Jean-Pierre Jouyet –futuro secretario general de la Presidencia de Francia–, ‎Manuel Valls –‎futuro primer ministro francés– y Bertrand Collomb –patrón de Lafarge– están ‎presentes en el ‎encuentro, junto a Henry R. Kravis –quien habrá de convertirse en coordinador ‎financiero de ‎Daesh y en mecenas del actual presidente de Francia, Emmanuel Macron. ‎

Volvamos a nuestra historia. La transnacional francesa Lafarge es el líder mundial en ‎producción ‎de cemento. La OTAN –que ya había contado con la cooperación secreta de Lafarge ‎en 1991– ‎pone en sus manos la construcción de los búnkeres de los yihadistas en Siria y la ‎reconstrucción de ‎la parte sunnita de Irak. A cambio, Lafarge confía a la OTAN el uso de ‎sus instalaciones en Siria y en ‎Irak, principalmente la fábrica de Yalabiyah, que se halla al norte ‎de Alepo, no lejos de la frontera ‎turca. Durante 2 años, la transnacional francesa garantiza el material para la construcción de ‎gigantescas fortificaciones subterráneas que permiten a los ‎yihadistas desafiar al Ejército Árabe ‎Sirio. Lafarge se halla ahora bajo la dirección del ‎estadounidense Eric Olsen, quien integra a ese ‎grupo las fábricas de los hermanos Sawiris y ‎de Firas Tlass –hermano del general sirio Manaf Tlass a ‎quien Francia pretendió convertir ‎en próximo presidente sirio. Los vínculos entre Lafarge y las ‎fuerzas especiales francesas ‎se facilitan gracias a la amistad entre Bertrand Collomb –ahora ‎convertido en presidente ‎honorario de la transnacional francesa– y el general Benoit Puga –quien ‎sigue a la cabeza del ‎estado mayor particular del presidente francés Hollande. ‎

‎La fábrica de la transnacional francesa Lafarge en Siria produjo 6 millones ‎de toneladas de ‎cemento para la construcción de las numerosísimas fortificaciones ‎subterráneas de Daesh. ‎La fábrica albergaba además a militares de las fuerzas especiales de ‎varios países de ‎la OTAN (Francia, Noruega, Reino Unido y Estados Unidos). En esta foto, ‎yihadistas ‎de Daesh posan dentro del perímetro de la fábrica de cemento de Lafarge en Siria.‎

Cuando el diario electrónico Zaman Al-Wasl publica elementos [6] que demuestran que ‎Lafarge ‎entrega dinero a Daesh, el diario francés Le Monde acude al rescate. Para ello ‎publica su versión ‎de los hechos, asegurando que lo que hacía la transnacional era comprar ‎petróleo para garantizar ‎el funcionamiento de su fábrica –lo cual es falso ya que esa instalación ‎funciona con carbón, ‎combustible que seguía recibiendo desde Turquía. Sin embargo, ‎‎Le Monde admite implícitamente –‎probablemente sin darse cuenta– que Lafarge construía las ‎fortificaciones del Emirato Islámico, ya ‎que reconoce que los 3 millones de toneladas de cemento ‎que su fábrica producía anualmente ‎estaban destinados a las «zonas rebeldes». ‎

La cantidad de cemento que Lafarge produjo para Daesh –al menos 6 millones de toneladas– ‎es ‎comparable a la que utilizó el Reich alemán, en 1916 y 1917, para construir la Línea ‎Sigfrido. ‎Resumiendo: en julio de 2012, la agresión contra Siria ya no era una guerra de ‎cuarta ‎generación disfrazada de revolución y se había convertido en una clásica guerra ‎de posiciones. La ‎producción de cemento para Daesh cesará con la intervención de la aviación ‎rusa, la única que ‎cuenta con medios capaces de destruir los búnkeres. A partir de ahí, la fábrica ‎de cemento situada ‎en Yalabiyah se convierte en cuartel general de las fuerzas especiales de ‎varios países de la OTAN presentes en Siria (Estados Unidos, ‎Francia, Noruega y Reino Unido). ‎

El 11 de enero de 2015, mientras se realiza en París la manifestación ‎contra la matanza ‎perpetrada en las oficinas del semanario satírico Charlie-Hebdo, 56 jefes ‎de Estados y ‎de gobierno se concentran en una calle adyacente, cerca del cortejo, y posan ‎por ‎unos minutos ante las cámaras como si hubiesen estado en la manifestación, ‎aunque ‎en realidad no participaron en ella. ‎

El 7 de enero de 2015, dos individuos equipados como comandos militares, y que ‎se proclaman ‎seguidores de al-Qaeda, asesinan en París a miembros de la redacción del ‎semanario satírico ‎Charlie-Hebdo, mientras que un tercer individuo –que dice ser miembro ‎de Daesh– abate a tiros a ‎una agente uniformada de la policía francesa antes de penetrar en ‎una tienda de víveres para‏ ‏judíos, tomando a los clientes como rehenes. Como ya es habitual ‎desde los atentados del 11 de ‎septiembre de 2001, estos terroristas van sembrando por todos ‎lados indicios –en este caso sus ‎documentos de identidad– que permiten su rápida identificación. ‎El gobierno francés exagera su ‎propia reacción ante los hechos y el país entero se sume en el ‎estupor, y más tarde en el miedo. El ‎presidente Francois Hollande y varios jefes de Estado ‎‎“participan”, con más de millón y medio de ‎franceses, en una manifestación organizada en París ‎bajo la consigna «Nous sommes tous Charlie!» ‎‎(¡Todos somos Charlie!). Entre los jefes de Estado ‎participantes se encuentran los principales ‎aliados de Francia en la agresión contra Siria –‎Benyamin Netanyahu, representando a Israel, y ‎Ahmet Davutoglu, en representación ‎de Turquía–, aliados que sin embargo apoyan públicamente a ‎los yihadistas. Ante mi denuncia ‎sobre esta mascarada y la actitud enérgica de numerosas ‎personas que se niegan a ‎‎“ser Charlie”, la directora de Información de la televisora France2, ‎Nathalie Saint-Criq, interviene ‎en el noticiero de ese canal para fustigar a los «complotistas», a ‎quienes –subraya– hay que ‎‎«señalar, curar, integrar o reintegrar a la comunidad nacional». ‎Después se sabrá que ‎los terroristas habían comprado las armas utilizadas en los hechos a un ex ‎mercenario que ‎trabajaba para la policía ‎ [7]‎ y… hasta ahí llegará esa parte de ‎la investigación, que se ‎estrella contra la clasificación de «Secreto Militar» ‎ [8]‎. Pero también acabará ‎por saberse que 2 de los ‎‎3 terroristas habían sido entrenados por un agente de la DGSE ‎‎(la inteligencia exterior francesa) ‎ [9]‎… y que ‎los jefes de Estado en ‎realidad sólo posaron para las cámaras de la prensa en una calle ‎parisina, pero que nunca ‎desfilaron por París. En todo caso, el gobierno francés proclama el ‎estado de emergencia, que ‎será aprobado por el parlamento. Esa medida, que se extiende a ‎toda la Francia continental y a sus ‎departamentos y territorios de ultramar, será prolongada en ‎‎4 ocasiones consecutivas y aún se ‎mantiene en vigor, siguiendo el modelo del «Acta Patriótica» ‎estadounidense. ‎

En contradicción con los compromisos contraídos antes con Turquía para ‎crear un Estado ‎kurdo en suelo sirio, el presidente francés Francois Hollande recibe en París ‎una ‎delegación de dirigentes del PKK.

En aplicación del tratado secreto Juppé-Davutoglu, concluido en 2011 entre Francia y Turquía, ‎el presidente Hollande planea la creación de un «Kurdistán» fuera de los territorios ‎históricamente ‎kurdos. Con ese fin organiza en el Elíseo, el 31 de octubre de 2014, un ‎encuentro secreto entre el ‎presidente turco Erdogan y el copresidente de los kurdos de Siria, ‎Salih Muslim, a quien prometen ‎la presidencia del futuro Estado. Sin embargo, a principios ‎de 2015, cuando Asya Abdullah, la otra ‎copresidente de los kurdos de Siria, obtiene una ‎resonante victoria militar en Kobane –localidad ‎siria de mayoría kurda situada al borde de ‎la frontera con Turquía– y recibe elogios de los ‎estadounidenses, Hollande se apresura a ‎recibirla públicamente en el Elíseo, el 8 de febrero de ‎‎2015, acompañada de otra mujer en ‎uniforme de campaña. ‎

El comisario Patrick Calvar, director general de la Seguridad Interior ‎francesa (DGSI), ‎anunció a los diputados haber identificado la potencia extranjera que ‎ordenó ‎los atentados perpetrados en París el 13 de noviembre de 2015, incluyendo la ‎matanza en ‎el teatro Bataclan. Sin embargo, Calvar no precisó cuáles eran esos países. ‎Su revelación fue ‎eliminada del acta oficial sobre su audiencia.

Ante este cambio de casaca del presidente francés, Erdogan monta en cólera y ordena ‎los ‎atentados perpetrados en París el 13 de noviembre de 2015. En el segundo piso del parisino ‎teatro ‎Bataclan, numerosos rehenes son torturados y mutilados por los terroristas. Algunos ‎son ‎decapitados. Desconcertado, Hollande prohíbe la publicación de estos detalles, que ‎sin embargo ‎aparecen en un informe parlamentario, como parte de los testimonios de varios ‎policías ante una ‎comisión parlamentaria [10]. Patrick Calvar, el director general del contraespionaje francés, declara ‎ante una ‎comisión parlamentaria que sus hombres han logrado identificar el Estado que ‎ordenó ‎los atentados. Rehuyendo sus responsabilidades, el presidente Hollande prefiere ‎organizar ‎lacrimógenas ceremonias conmemorativas y convencer a sus conciudadanos de que ‎el terrorismo ‎es un mal inevitable. Incluso crea una medalla de «reconocimiento a las víctimas ‎del terrorismo», ‎una indemnización por «perjuicio por angustia de muerte inminente» y hasta ‎otra indemnización ‎por «perjuicio de espera». Pero no hará absolutamente nada contra ‎el gobierno de Turquía, que 5 ‎meses después ordena nuevos atentados, esta vez ‎contra Bélgica, en el aeropuerto de Bruselas-‎Zaventem y ante la sede de la Comisión Europea, ‎lugar exacto donde el PKK acababa de realizar ‎una manifestación. ‎

La prensa británica reveló que Mohamed Abrini, el único terrorista de ‎Daesh que participó ‎tanto en los atentados de París como en los atentados de Bruselas, es un ‎informante del MI6 británico.

El 23 de marzo de 2016, la publicación turca Star, cercana al AKP –el partido ‎del presidente ‎turco Recep Tayyip Erdogan–, distribuye una edición especial bajo el titular ‎‎“La serpiente ‎que Bélgica alimentaba ha mordido a ese país”, en referencia al discurso que ‎Erdogan ‎había pronunciado el 18 de marzo. ‎

Lejos de disimular su responsabilidad, Recep Tayyip Erdogan pronuncia un estruendoso discurso ‎en ‎las ceremonias por el 101º aniversario de la batalla de Canakkale (la batalla de ‎los Dardanelos), ‎sólo 4 días antes de los atentados que enlutarán Bélgica [11]. En su discurso, Erdogan acusa a los europeos de ‎respaldar al PKK y hasta ‎anuncia lo que va a suceder en Bruselas. Al día siguiente de los atentados ‎en la capital belga, ‎la prensa del AKP –las publicaciones Star, Akit e Internethaber– proclama que los europeos ‎han recibido lo que merecían [12]. ‎

Tratando de dar la impresión de que toma la iniciativa contra Daesh, Francia despliega ‎el ‎portaviones Charles de Gaulle en dos ocasiones (febrero-marzo y noviembre-diciembre ‎de 2015), ‎escoltado por una flota impresionante y con 32 aeronaves a bordo –aviones, ‎helicópteros y drones. Durante la segunda misión de 2015, Hollande visita el portaviones ‎y subraya que ese ‎navío francés encabezará una gran fuerza internacional. La realidad es ‎muy diferente: los barcos franceses ‎han sido incorporados a la Task Force 50 del USNavCent –‎o sea, a la flota del US Central ‎Command (CentCom). Es cierto que los alrededor de 60 navíos ‎tienen como comandante al ‎contraalmirante francés René-Jean Crignola. Pero este último ‎se halla bajo las órdenes del general ‎estadounidense Lloyd J. Austin III, comandante del ‎CentCom. La regla número 1 del Imperio es que ‎el mando de las operaciones aliadas está ‎siempre en manos de oficiales estadounidenses: los ‎europeos sólo están para recibir órdenes. ‎

A fines de 2015, Francia envía su primer ministro, Manuel Valls, a Arabia Saudita en busca ‎de ‎dinero fácil. Salen nuevamente a colación los 3 000 millones en pedidos de armamento ‎francés ‎prometidos al ejército libanés y otros contratos por valor de 10 000 millones. Pero ‎los sauditas ‎están furiosos por la conclusión del acuerdo sobre el programa nuclear iraní –acuerdo ‎que Francia ‎se había comprometido a sabotear– y muy descontentos con las vacilaciones ‎de París en Siria. ‎Para Riad, los franceses están resultando vasallos muy costosos e ineficientes. ‎La “cosecha” será ‎por lo tanto mucho menor de lo esperado, al igual que los “regalos”. ‎

A principios de 2016, los franceses asisten indiferentes a la decisión del presidente Hollande ‎de ‎nombrar a Laurent Fabius –hasta entonces ministro de Exteriores– presidente del ‎Consejo ‎Constitucional. La pasividad de los franceses contrasta con la actitud de los iraníes ‎cuando Fabius ‎fue recibido en Teherán, después de la firma del acuerdo nuclear 5+1. Después de ‎haber hecho por años todo lo posible por sabotear el acuerdo, Fabius, ya deseoso de establecer ‎de nuevo ‎relaciones de negocios en Irán, había confesado en una cena haber servido de espía ‎a Israel, ‎entregando sistemáticamente a Tel Aviv información sobre la marcha de las ‎negociaciones que ‎finalmente –y a pesar del propio Fabius– desembocaron en el acuerdo entre ‎Irán, Alemania, China, ‎Estados Unidos, Francia y Rusia. Resultado: a su llegada a Teherán, ‎las autoridades iraníes ‎recibieron a Fabius con todos los honores protocolares de rigor, debido a ‎su rango de ministro… ‎mientras que las asociaciones revolucionarias manifestaban a su paso, ‎desde su llegada al ‎aeropuerto y hasta que se fue. Los manifestantes agitaban banderolas ‎y carteles donde ‎recordaban la responsabilidad de Fabius en la muerte de más de ‎‎2 000 hemofílicos en Francia –en ‎‎1985 y 1986– y su respaldo a al-Qaeda, expresado cuando ‎declaraba que el Frente al-Nusra «hace ‎un buen trabajo» en Siria, donde ese grupo ya había ‎asesinado decenas de miles de sirios. ‎

Jean-Marc Ayrault, ex primer ministro, reemplaza a Fabius como ministro de Exteriores. ‎Muy ‎preocupado por el abismo que se ensancha entre Francia y Alemania, Ayrault decide dedicar ‎todas ‎sus energías a evitar la separación. Para ello sacrifica el expediente sirio y, al cabo de ‎unas ‎semanas de vacilación, adopta al respecto las mismas posiciones que sus predecesores a la ‎cabeza ‎de la “diplomacia” francesa, Alain Juppé y Laurent Fabius. ‎

Ayrault no se relaciona en lo absoluto con el nuevo primer ministro, Manuel Valls, y ‎trata ‎directamente con el presidente Hollande, quien decide ocuparse personalmente del tema ‎sirio. ‎

Ayrault es un partidario moderado de Israel, pero el nuevo primer ministro Manuel Valls ‎está ‎mucho más parcializado a favor del Estado hebreo. Incluso entra en contradicción con ‎el ‎presidente Hollande sobre el tema de los trabajos arqueológicos que Tel Aviv realiza ‎en Jerusalén, ‎en detrimento de los monumentos musulmanes. Anteriormente comprometido con ‎la causa ‎palestina, el propio Valls atribuye su cambio de posición a su matrimonio con la ‎violinista franco-‎israelí Anne Gravoin.‎

Un nuevo atentado deja 86 muertos y 484 heridos en la ciudad francesa ‎de Niza. ‎Pero el presidente Francois Hollande sigue mintiendo a sus compatriotas para ocultar su propia ‎responsabilidad. Los franceses siguen sin entender las consecuencias de ‎los actos ‎perpetrados en Siria en nombre de Francia.

El 14 de julio de 2016, un individuo supuestamente vinculado a Daesh, Mohamed Lahouaiej-‎‎Bouhlel, arremete con un camión contra la multitud que celebraba la fiesta nacional de Francia ‎en ‎la célebre Promenade des Anglais de la ciudad de Niza, dejando un saldo de 86 muertos y ‎‎484 ‎heridos, antes de ser abatido por la policía. Aunque nadie, en ningún lugar del mundo, ‎había ‎logrado hasta entonces matar y herir tantas personas con un vehículo, los investigadores ‎aseguran que ‎Bouhlel no había recibido ningún tipo de entrenamiento y que actuaba solo. Pero ‎su ‎familia en Túnez acababa de recibir 100 000 euros, y nadie se ocupa de aclarar cómo ni ‎por qué. A ‎pesar del estado de emergencia en vigor en Francia desde hace meses, resultará que ‎el terrorista ‎pudo actuar más fácilmente porque 60 gendarmes habían sido transferidos de Niza ‎a Aviñón… para ‎reforzar la seguridad del presidente Hollande, quien cenaba en esa segunda ‎ciudad con su amante y varios ‎actores. ‎

En París se comenta el progreso de los yihadistas en Siria y se afirma que el «régimen» ya ‎no ‎controla más que un 20% del territorio sirio y que está a punto de caer. En realidad, más de ‎dos ‎terceras partes del territorio sirio son un gran desierto que nadie controla, ni la República, ‎ni los ‎yihadistas. En lugar de empeñarse en defender territorio, el presidente Assad ha optado ‎por ‎garantizar la defensa de la población. Al menos 8 millones de sirios han preferido huir de ‎los ‎yihadistas, yendo a refugiarse en las ciudades bajo control de la República. No se sabe de ‎nadie ‎que haya optado por el camino inverso. ‎

En febrero de 2015, Hollande se enfurece cuando le comunican que dos senadores –Jean-‎Pierre ‎Vial, del partido Les Républicains, y el centrista Francois Zocchetto– han viajado ‎a Damasco en ‎compañía de dos diputados –Jacques Myard, también de Les Républicains, y ‎Gerard Bapt, del ‎Partido Socialista. En un segundo viaje, el socialista Gerard Bapt llega ‎nuevamente a Damasco, ‎acompañado esta vez por los diputados Jerome Lambert, socialista, ‎y Christian Hutin, seguidor del ‎político Jean-Pierre Chevenement. En marzo de 2016, un tercer ‎viaje a la capital siria reúne a ‎varios diputados de Les Républicains alrededor de Thierry Mariani, ‎con Valerie Boyer, Nicolas ‎Dhuicq, Denis Jacquat y Michel Voisin. En enero de 2017, los mismos ‎parlamentarios franceses ‎presentes en el viaje anterior realizan un cuarto viaje a Damasco junto ‎al centrista Jean Lassalle. El ‎presidente Assad los recibe a todos, exceptuando a Gerard Bapt.‎

La razón es que el socialista Bapt viene a Damasco en función de negocios. Bapt representa ‎la ‎Gran Logia de la Alianza Masónica de Francia (GLAMF) –que depende directamente del ‎príncipe ‎Edward, duque de Kent. La GLAMF surge de una escisión de la Gran Logia Nacional ‎Francesa ‎‎(GLNF), creada por cuenta de los británicos por Alain Juillet, ex responsable de la ‎Inteligencia ‎Económica en la Secretaría General de la Defensa Nacional francesa. En Damasco, ‎Bapt se reúne ‎con varios hombres de negocios sirios y les promete borrar sus nombres de ‎la lista de sanciones ‎europeas… si pagan cuantiosas sumas de dinero. Por supuesto, Bapt ‎no cuenta con ‎ningún poder para lograr lo que promete. Su acompañante, Jerome Toussaint, ‎otro estafador, ‎está actualmente en la cárcel. ‎

El tercer viaje de los parlamentarios franceses saca a la luz la presencia en Siria de la ‎organización ‎francesa SOS Cristianos del Oriente, que recluta principalmente entre los ‎simpatizantes del Frente ‎Nacional. Los voluntarios de SOS Cristianos del Oriente son personas ‎realmente dedicadas, que no ‎vacilan en utilizar sus fondos personales para realizar la tarea que ‎se han trazado, pero también es ‎cierto que su actividad, solamente en ayuda de los cristianos ‎vinculados a Roma, discrimina a los ‎cristianos ortodoxos y que los millones de euros que dicen ‎recaudar en Francia no llegan a Siria. ‎Las autoridades religiosas sirias comienzan además a ‎impacientarse cuando estos cristianos de ‎Occidente, renovando el espíritu de las Cruzadas, ‎realizan una misa en las ruinas del Crack de los ‎Caballeros, la imponente fortaleza construida por ‎los cruzados en el siglo XII. Los jóvenes ‎miembros de SOS Cristianos del Oriente ignoraban que, ‎en aquella época, los cristianos del Levante defendieron su país frente a la invasión de ‎los cruzados, a quienes veían como ‎conquistadores imperialistas. ‎

En definitiva, mientras Francia se hunde en la decadencia, sus líderes no logran conformar ‎un ‎frente antiimperialista, condición indispensable para alcanzar alguna mejoría económica. ‎Sólo ‎unas pocas formaciones políticas francesas toman posición en contra de esta guerra ‎colonial: el ‎Frente Nacional de Marine Le Pen y Floriant Philippot, el Partido cristianodemócrata ‎de Jean-‎Fredéric Poisson, el movimiento Debout la France (De Pie Francia) de Nicolas Dupont-‎Aignan, la ‎Unión Popular Republicana de Francois Asselineau, el grupo del partido ‎Les Républicains formado ‎en torno a Francois Fillon y el movimiento de la Francia Insumisa de ‎Jean-Luc Melenchon.‎

Sin información recogida en el terreno desde el cierre de su embajada en Siria, incapaz ‎de ‎analizar el origen de los acontecimientos y sin embargo deseosa de hacer creer que es ella ‎quien ‎los inicia, Francia no ha podido prever lo que va a suceder de inmediato. ‎

‎(Continuará)‎

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[1«Francia, culpable de prohibir la elección presidencial siria», por el abogado Damien Viguier, ‎‎Red Voltaire, 19 de mayo de 2014.

[3«73,42 % de participación en la elección presidencial siria», Red Voltaire, 4 de junio de 2014.

[4Les Proies : dans le harem de ‎Kadhafi, Annick Cojean, Grasset, 2012.

[5«Lo que usted no sabe sobre el Grupo de Bilderberg», por Thierry Meyssan, ‎‎Komsomolskaya Pravda (Rusia), Red Voltaire, 15 ‎de abril de 2011.

[6Lafarge-Holcim e-mails”, Voltaire Network, March 24, 2017.

[7«Las armas de la masacre de Charlie-Hebdo fueron adquiridas a través de un ex combatiente croata», por Marijo Kavain, Slobodna ‎Dalmacija ‎‎(Croacia), Red Voltaire, 15 de enero de 2016.

[9«Elementos del caso Coulibaly recuerdan el papel de la inteligencia francesa en 1999», por Thierry Meyssan, Alexis Kropotkine, Red Voltaire, 29 de mayo de 2015; «‎‎En relación con mi entrevista sobre el caso Hermant-Coulibaly», por Thierry ‎Meyssan, Red Voltaire, 1º de junio de 2015.

[10Rapport fait au nom de la Commission d’enquête ‎parlementaire relative aux moyens mis en œuvre par l’État pour lutter contre le terrorisme depuis ‎le 7 janvier 2015 (2 Vol.), sous la présidence de George Fenech, Assemblée nationale, 5 de julio ‎de 2016.

[11«Amenaza de Erdogan contra la Unión Europea», por Recep Tayyip Erdogan, Red Voltaire, 18 de ‎marzo de 2016.

[12«Turquía reivindica el baño de sangre de Bruselas», por Savvas Kalenderides, Red Voltaire, 24 de marzo de 2016.